Para esta intervención en la Llama me apetecía hacer algo un poco diferente y, dado que estamos ya en el ecuador del año, me he atrevido a recopilar frases de personas diversas en edad y lugar de procedencia. De manera totalmente libre les invité a que terminasen una frase que comenzaba así: “En el año dos mil veinte de un mundo al revés…”
Estos fueron los resultados:
– “En el año dos mil veinte de un mundo al revés lo pondremos al derecho con la ayuda de todos y tuya, Señor” (Esther, 86 años, San Sebastián, España)
– “En el año dos mil veinte de un mundo al revés por una epidemia del covid19 las economías caen.” (Joseph Marie, 42 años, Yaoundé, Camerún)
– “En el año dos mil veinte de un mundo al revés las bocas permanecían tapadas pero los ojos de todos hablaban entre sí.” (Yadelis, 31 años, Martí, Cuba)
– “En el año dos mil veinte de un mundo al revés se precipita el tiempo, la constancia y su esperanza es viento efímero.” (Ailen, 26 años, Panamá)
– “En el año dos mil veinte de un mundo al revés he reído, he llorado, he cantado, he creado, he echado mucho de menos, pero sobre todo he aprendido a valorar el ahora, el hoy, porque es lo único seguro que todos tenemos.” (Rachel, 20 años, Martí, Cuba)
– “En el año dos mi veinte de un mundo al revés los pájaros dejaron de estar, los niños empezaron a volar y yo… yo estaba en el mar viendo el mundo pasar, pensando que las cosas cambiarán otra vez.” (Nina, 17 años, Gijón, España)
– “En el año dos mil veinte de un mundo al revés no habría pandemia y todo el mundo estaría disfrutando de sus seres queridos.” (Ane, 16 años, San Sebastián, España)
– “En el año dos mil veinte de un mundo al revés aproveché el confinamiento para jugar al billar con mi familia.” (Carlos, 10 años, Oviedo, España)
– “En el año dos mil veinte de un mundo al revés, en primavera hace calor y hay veces que llueve pero siempre sale el sol.” (Mía, 6 años, Gijón, España)
Frases tan diversas como las personas que las han escrito, que muestran preocupaciones, sentimientos e ilusiones. Un pedacito pequeño de lo que también cada uno llevamos dentro.
Olaya García. Voluntaria de Selvas Amazónicas.