Hace unos días, un alumno del primer ciclo de la ESO me preguntó: “Richi, ¿por qué no es cristiano ser gay?”. Lo preguntaba me dijo, porque en su casa habían comentado el hecho de que un párroco no había dejado a un chico gay ser padrino de bautismo y el obispo había apoyado al párroco haciendo referencia al mal ejemplo que daría al niño “un pervertido”.
Cuando mi alumno me hizo la pregunta, lo primero que recordé, fue una pregunta semejante que se hacía Emilio Estébanez, dominico, allá por finales de 1992, en su libro “¿Es cristiano ser mujer?”. De las mujeres también se ha sospechado y se sospecha que puedan realmente ser cristianas, al menos al mismo nivel que los varones, con la misma dignidad y con las mismas posibilidades.
El que un adolescente o joven (¿no son la mayoría?) sospeche que no se puede ser gay y cristiano, no deja de ser significativo de cómo llega a las personas la Buena Noticia que anuncia la Iglesia. Por otra parten jamás ningún alumno o alumna me ha preguntado si es cristiano ser heterosexual.
Ante la pregunta, ¿qué he de decirles a mis alumnos y alumnas? ¿Y, especialmente, que he de decirles a mis alumnos homosexuales, lesbianas, transexuales, que los hubo y los hay? ¿He de decirles que la buena noticia de Jesucristo es para todos, pero para ellos y ellas, algo menos? ¿He de decirles que pueden ser lo que son, pero mejor que no lo piensen, no lo sientan, no lo digan, no lo insinúen, no lo practiquen; que mejor no salgan de armario?
Para mí la cuestión clave es: ¿qué diría y haría Jesús de Nazaret hoy?
Teniendo presente el rostro amoroso del Dios en el que creo, revelado en Jesús de Nazaret, les seguiré diciendo lo que siempre les digo: la diversidad es una muestra más del amor de Dios; Dios les ama infinitamente y tienen todo el derecho a ser, sentir, amar y vivir según lo que son.
Coincido con el teólogo dominico holandés Edward Schillebeeckx en que no existe una ética cristiana respecto a la homosexualidad. Se trata de una realidad humana que debe asumirse como tal sin apelar a valoraciones morales excluyentes. La incompatibilidad en el cristianismo no se da entre ser cristiano y ser homosexual, sino entre ser cristiano y ser insolidario, entre ser cristiano y ser homófobo, entre ser cristiano y ser racista, entre ser cristiano y ser corrupto o, como dice el evangelio, entre servir a Dios y al dinero.
Fr. Ricardo Aguadé, OP
Mi enhorabuena por sus palabras. Hace falta esta frescura en la Iglesia. Muchos creen, y con razón, que su Madre la Iglesia no los quiere, y una madre debe querer y acoger a todos sus hijos.
Hola!!
Debo reconocer que entre al artículo por una cita al último párrafo que me pareció buena y queria leerlo completo.
Tambien debo reconocer que el artículo no es lo que esperaba.
Estoy de acuerdo que la condición de homosexual no te excluye de la Buena Noticia o de parte de ella. Lo que uno hace es lo que es pecado y aleja de Dios. Así como muchos otros condicionamientos que todos tenemos no te excluyen pero son la cruz de cada uno: agresividad, tendencia a las adicciones, pedofilia, depresión, etc…
Cada uno de nosotros debemos hacer lo mejor que podamos con lo que Dios nos ha dado.
Con el ultimo párrafo es que estoy totalmente de acuerdo porque los condicionamientos no te definen sino la actitud y las acciones que uno lleva adelante son las que te acercan o alejan del sentido creistiano. Pero la Buena Noticia hay que transmitirla sin adaptarla a cada condición y sabiendo que Dios es un padre super amoroso y que lo que quiere es nuestra felicidad verdadera
Totalmente de acuerdo, lo importante es que el ser humano se acepte como es, sin engañarse a el y sobretodo al prójimo .
Estos curas están fuera de la verdad.
Es obvio que los homosexuales No entraran en el Reino de Dios…hablo de quienes lo Practican..de los Inmundos
Estoy segura de que Cristo no discrimina.
La palabra de Dios es clara y la homosexualidad es condenada por el Dios altísimo desde Sodoma y Gomorra que fueron ejemplos del juicio de Dios por estos pecados antinaturales, hasta en el nuevo testamento el apóstol Pablo nuevamente hace mención de esto.
1ª Corintios 6:9
¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
Así que Dios ama a los homosexuales?? Claro pero quiere que se arrepientan.
2ª Pedro 3:9
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento.
Claramente cómo está escrito si no se arrepienten perecerán.
Me parece precioso qué se pueda habla del Amor de Dios en los términos qué lo ha hecho Ricardo. Estoy totalmente de acero . El amor de Dios es para todos sin raza ni condición y sin medida. El ser humano es creado por Amor . Toda la naturaleza ha sido creada por Amor. En la naturaleza no discriminados si este árbol o aquella planta es más árbol o más planta una qué otra.. Todos somos queridos por El Padre. Somos amados y preciosos en Su Corazón . Si todos somos obra de sus manos. Si Dios está con nosotros……quien contra nosotros?
Creo que ser homosexual no significa alejarse de Dios eso depende de ti mismo el amor no es pecado ami parecer todos tenemos derecho a ser felices a nuestra manera no nos pueden obligar a ser algo que no somos a algo que no nos gusta ser lesbiana gay bisexual o transgénero no significa que dejemos de lado a Dios como dije eso depende de cada uno dejar o no a Dios
Que se deje de historias el dominico este. La iglesia es clara. La homosexualidad es un pecado. 1 cor. 6, 9
Qué diría Jesus? VETE Y NO PEQUES MÁS.
por un mal consejo como el de que puedes ser lo que quieras te puedes condenar: ezequiel 33
Me encantó, es exactamente lo que deberían leer muchos, solo el amor y la tolerancia nos va a salvar. ¡¡Orgullosa de formar parte de esta gran familia dominicana!!
¿La diversidad es un acto mas del Amor de Dios? Me parece un error enorme que un dominico contradiga el catecismo de la Iglesia Católica. http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p3s2c2a6_sp.html (puntos 2357-2359).
No sé si borrará mi comentario o no. Pero apelo a su fe. Pues Cristo es muy claro cuando habla de los pastores que desorientan a su rebaño. Por favor, sean fieles al Magisterio y a la Revelación, al catecismo y a la Escritura. ¡Se supone que han dejado su vida para seguir a Cristo!
¿Es cristiano ser gay?
La respuesta es muy sencilla. No.
Pues tampoco es cristiano ser heterosexual. Ambas son inclinaciones, nada más.
Ahora bien ¿SE PUEDEN REALIZAR ACTOS HOMOSEXUALES Y SER CRISTIANO?
Antes de exponer mi opinión quisiera dejar claro mi respeto como hijo de la Iglesia por todas las personas, por su diversidad y por la perfecta creación de Dios que somos todos independientemente de nuestras costumbres, creencias o inclinaciones. Más aun en consonancia con mi humilde intento diario por ser digno del nombre de Cristiano, lo cual es precisamente lo que me impulsa a expresar estas palabras.
No pretendo con las siguientes líneas excluir a nadie de forma alguna, más bien me tomo el atrevimiento de hacer una reflexión a la luz del Espíritu Santo que me invita a llevarla cabo y sobre todo dada la naturaleza de este sitio, dirigida a un público que asumiré creyente, católico serio y con un nivel de formación óptimo para comprender el sustento de lo que expondré.
No pongo para nada en duda que esta página sea fuente de luz evangélica para muchas personas, más bien es dada la importancia que le otorgo a la misma y a sus alcances que escribo, pues no deja de inquietarme seriamente el artículo expuesto.
El cual si bien expresa una opinión tan respetable como cualquiera, puede generar confusión, a como leo en algunos comentarios ya, haciendo pensar que lo que expone CORRESPONDE A LA POSTURA CRISTIANA transmitida por la Iglesia.
A sabiendas que la Fe es una sola, producto de la tradición, la escritura y el magisterio, como indica la constitución Dei Verbum: «Es evidente, por tanto, que la Sagrada Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia, según el designio sapientísimo de Dios, están entrelazados y unidos de tal forma que no tienen consistencia el uno sin los otros, y que juntos, cada uno a su modo, bajo la acción del Espíritu Santo, contribuyen eficazmente a la salvación de las almas»
SOBRE EL ARTÍCULO:
En primer lugar me sorprende la equiparación que hace el autor entre “ser gay y ser mujer”. Aunque es evidente su intención de referirse a prejuicios culturales, a todas luces se trata de una comparación desigual. La primera corresponde a una preferencia, la segunda a una definición sexual. Podría eventualmente compararse a una mujer con un hombre, o a un gay con un heterosexual, más no entrecruzar conceptos que no son equiparables.
Este primer punto es importante pues comienza a desdibujar un línea claramente establecida.
Posteriormente plantea el caso de que nadie nunca se ha preguntado si es cristiano ser heterosexual.
Esta afirmación carece de sentido. Nadie se pregunta tampoco si es cristiano tener hijos, si es cristiano morir, si es cristiano comer, pues todas son realidades naturales dadas al hombre por Dios. No se es más o menos cristiano por ser homosexual o heterosexual, por comer más o menos.
¿Estoy afirmando que la homosexualidad se antinatural? Tampoco. Si una persona nace homosexual no se podría afirmar que su estado sea antinatural, no así si su homosexualidad es producto de un trastorno o desequilibrio psicológico que llega a desarrollarle esta conducta, como se sabe puede suceder. Aclaro que no estoy diciendo tampoco que todas las realidades naturales correspondan a la moral cristiana. Pero no es mi tema. La afirmación, continúo, me parece tendenciosa y demuestra su objetivo más adelante.
Como punto clave aparece la pregunta ¿qué diría Jesús?
Esta pregunta es muy seria, pues para arrojarse la potestad de poner palabras en la boca del maestro se necesita un amplio conocimiento de la persona de Cristo, quien si bien es amor, no lo es en la mentalidad meramente permisiva que describe el artículo.
Para referirse a una posible dinámica del pensamiento de Jesús no basta solo mi experiencia personal con Él, sino se requiere también la luz de la Palabra Revelada en el Evangelio, como dice San Jerónimo “el desconocimiento de las escrituras es el desconocimiento de Jesús”, se requiere de la guía del Espíritu Santo y una vez más, del Magisterio de la Iglesia a quien el mismo Señor otorgó el poder de guiar a su pueblo hacia la verdad otorgándole el depósito de la Fe. (Mt 16,9)
Fuera de la Iglesia evidentemente Cristo desea encontrarse con todos y hablará a cada uno desde lo que cada quien sea capaz de comprender, de aceptar y hasta de asumir. Puede eventualmente Dios por misericordia para con sus hijos limitar hasta cierto punto su mensaje, pues como dijera a sus discípulos en algún momento “mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello.” (Jn 16,12).
Claro está que estas palabras corresponden a un instante previo a la venida del Espíritu Santo y a la institución de la Iglesia. Por lo cual una vez fundada y consolidad esta, es ella quien posee la Plenitud de la Verdad y puede hablar con clara autoridad sobre las realidades humanas como corresponde. Con misericordia claro, pero con firmeza, sin temor y con el deber de anunciar la voluntad de Dios para con sus hijos tal como la ha recibido.
Acá recalco mi aclaración inicial: asumo que escribo a cristianos, creyentes, conocedores del Magisterio, La Palabra y la Doctrina Católica, a hijos de la Iglesia.
Continuando con el texto el autor apela al “derecho” como justificante para expresar lo que se es, lo que siente, lo que sea ama y lo que se vive.
Si bien es un término benévolo y que a todas luces aporta sentido a su afirmación, considero que hace un uso forzado del mismo, como si la vida cristiana se fundamentara en derechos.
En este punto hago mías las palabras de un amigo sacerdote “El cristianismo no se trata de derechos, se trata de méritos” y aquí es donde radica pienso yo el problema.
La vida cristiana por si misma está llena de dificultades, desde el momento en que se da el encuentro con Cristo, quien experimenta el Kerygma se enfrenta, si desea aceptar el mensaje recibido, a una constante negación de su ser. Independientemente de su condición, el llamado y más aún, el ejemplo de Jesús, es a morir al proyecto personal para dar paso al proyecto de Dios. No es una asunto de derechos, es un asunto de méritos.
Es la experiencia de José tras el embarazo de María, y de la Vírgen al recibir la noticia, de los apóstoles al abandonar su anterior vida y más tarde entregar su sangre, es la experiencia de La Madre que entrega a su hijo en la cruz, es la experiencia de Zaqueo al entregar sus bienes…
Seguir al maestro implica necesariamente abandonar realidades, que pueden ir desde la superficialidad de un poco de dinero hasta la propia vida, literalmente hablando. Entendiendo que este abandono no es una carga, ni un castigo, sino que es acorde más bien a la libertad que Jesús ha venido a regalarnos.
Un verdadero creyente no se escandaliza de estas exigencias, más bien en medio de su incapacidad para responder, descubre y asume que es con la gracia de Dios que puede dar lo que le pide su camino de conversión. Dirá San Agustín: “Dame lo que me pides y pídeme lo que quieras”.
Un creyente que no experimenta la negación de su ser en el encuentro con Jesús solo evidencia su falta de profundidad en tal encuentro. Lo cual muchas veces no es su culpa pues no ha recibido como mencioné más arriba “la verdad completa que otorga El Espíritu Santo”. Sea por una pobre evangelización, por su propio desinterés u otros muchos motivos que no viene al caso detallar.
En este punto no pretendo presentarme como poseedor de la verdad, tan solo expongo una verdad recibida y transmitida de La Iglesia lo cual me lleva al último punto de la carta, donde el autor menciona los aportes del teólogo Edward Schillebeeckx para respaldar su tesis.
Debo confesar que este nombre y sus credenciales ha sido una de las principales curiosidades que me han movido a escribir esta extensa reflexión, pues me sorprende a la luz de lo que he conocido, que un teólogo afirme, al menos eso dice el autor, que “no existe una ética cristiana respecto a la homosexualidad”. Dejaré que sea más adelante la propia Congregación para la Doctrina de la Fe quien aclare si existe una ética o no.
El autor define, para finalizar, el cristianismo antagónicamente a una serie de conductas que claramente contradicen al actuar cristiano; como la insolidaridad, la homofobia, el racismo, la corrupción o el servir al dinero.
Si bien esta afirmación es correcta, es también capciosamente incompleta, pues tiende a reducir el cristianismo a no incurrir solo en eso, cuando es evidente que se trata de mucho más, incluso de exigencias que contradicen la postura que ha expresado en el artículo, pero que por razones obvia no mencionará.
Ahora bien, una vez finalizado mi humilde análisis sobre el documento expondré algunos puntos sobre lo que dice La Iglesia, a la luz de le Escritura y la Tradición respecto a la homosexualidad.
SOBRE LA DOCTRINA CRISTIANA HACERCA DE LA HOMOSEXUALIDAD:
En su CARTA SOBRE LA ATENCIÓN PASTORAL A LAS PERSONAS HOMOSEXUALES – del
1° de octubre de 1986, la Congregación para la Doctrina de la Fe aclara a los Obispos:
PUNTO 3. – Una conducta desordenada
“Al mismo tiempo la Congregación tenía en cuenta la distinción comúnmente hecha entre condición o tendencia homosexual y actos homosexuales. Estos últimos venían descritos como actos que están privados de su finalidad esencial e indispensable, como « intrínsecamente desordenados » y que en ningún caso pueden recibir aprobación.”
– El artículo en cuestión no hace diferencia alguna entre ser homosexual y realizar actos homosexuales, lo cual la CPDF aclara secundado el punto 2357 del Catecismo que explicita: “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”
– Podría eventualmente afirmarse que se puede ser homosexual y ser cristiano, sí. Pero no afirmar que se pueden realizar actos homosexuales y ser cristiano. Esto equivaldría a decir que se puede vivir en fornicación o en adulterio y ser cristiano.
CONTINUA EL PUNTO 3. – Se han dado interpretaciones muy benévolas
Indicando que “se han dado interpretaciones excesivamente benévolas de la condición homosexual misma, hasta el punto que alguno se atrevió incluso a definirla indiferente o, sin más, buena.”
Y que hay “causas que han creado confusión en relación con la enseñanza de la Iglesia. Entre ellas se señala una nueva exégesis de la Sagrada Escritura, según la cual la Biblia o no tendría cosa alguna que decir sobre el problema de la homosexualidad, o incluso le daría en algún modo una tácita aprobación, o en fin ofrecería unas prescripciones morales tan condicionadas cultural e históricamente que ya no podrían ser aplicadas a la vida contemporánea. Tales opiniones, gravemente erróneas y desorientadoras, requieren por consiguiente una especial vigilancia”
– No faltan aún dentro del pueblo de Dios quienes indican que La Escritura fue escrita en otro tiempo y por ende carece de validez al respecto. La Congregación aclara que pensar esto es un error.
PUNTO 6. – La naturaleza de la sexualidad humana y la perdida de consciencia
(Dios) “Crea al hombre a su imagen y semejanza como varón y hembra. Los seres humanos, por consiguiente, son creaturas de Dios, llamadas a reflejar, en la complementariedad de los sexos, la unidad interna del Creador. Ellos realizan esta tarea de manera singular, cuando cooperan con El en la transmisión de la vida, mediante la recíproca donación esponsal.
El capítulo tercero del Génesis muestra cómo esta verdad sobre la persona humana, en cuanto imagen de Dios, se oscureció por el pecado original. De allí se sigue inevitablemente una pérdida de la conciencia del carácter de alianza que tenía la unión de las personas humanas con Dios y entre sí. Aunque el cuerpo humano conserve aún su « significado nupcial » éste ahora se encuentra oscurecido por el pecado. Así el deterioro debido al pecado continúa desarrollándose en la historia de los hombres de Sodoma (cf. Génesis 19, 1-11). No puede haber duda acerca del juicio moral expresado allí contra las relaciones homosexuales. En el Levítico 18, 22 y 20, 13, cuando se indican las condiciones necesarias para pertenecer al pueblo elegido, el autor excluye del pueblo de Dios a quienes tienen un comportamiento homosexual.”
“Teniendo como telón de fondo esta legislación teocrática, San Pablo desarrolla una perspectiva escatológica, dentro de la cual propone de nuevo la misma doctrina, catalogando también a quien obra como homosexual entre aquellos que no entrarán en el reino de Dios (cf. 1 Cor 6, 9).”
“San Pablo encuentra el ejemplo más claro de esta desavenencia precisamente en las relaciones homosexuales (cf. Rom 1, 18-32). En fin, en continuidad perfecta con la enseñanza bíblica, en el catálogo de aquellos que obran en forma contraria a la sana doctrina, vienen explícitamente mencionados como pecadores aquellos que efectúan actos homosexuales (cf. 1 Tim 1, 10).”
– En este punto es importante que existe una clara base bíblica al respecto. Y no solamente en el antiguo testamento sino en el nuevo.
PUNTO 7. – El matrimonio en el plan de Dios
“La Iglesia, obediente al Señor que la ha fundado y la ha enriquecido con el don de la vida sacramental, celebra en el sacramento del matrimonio el designio divino de la unión del hombre y de la mujer, unión de amor y capaz de dar vida. Sólo en la relación conyugal puede ser moral-mente recto el uso de la facultad sexual. Por consiguiente, una persona que se comporta de manera homosexual obra inmoralmente.
Optar por una actividad sexual con una persona del mismo sexo equivale a anular el rico simbolismo y el significado, para no hablar de los fines, del designio del Creador en relación con la realidad sexual. La actividad homosexual no expresa una unión complementaria, capaz de transmitir la vida, y por lo tanto contradice la vocación a una existencia vivida en esa forma de auto-donación que, según el Evangelio, es la esencia misma de la vida cristiana.
Como sucede en cualquier otro desorden moral, la actividad homosexual impide la propia realización y felicidad porque es contraria a la sabiduría creadora de Dios. La Iglesia, cuando rechaza las doctrinas erróneas en relación con la homosexualidad, no limita sino que más bien defiende la libertad y la dignidad de la persona, entendidas de modo realístico y auténtico.”
PUNTO 8. – Presiones internas dentro de la Iglesia
“Sin embargo, en la actualidad un número cada vez más grande de personas, aun dentro de la Iglesia, ejercen una fortísima presión para llevarla a aceptar la condición homosexual, como si no fuera desordenada, y a legitimar los actos homosexuales.”
PUNTO 9. – Una posición clara
“La Iglesia no puede dejar de preocuparse de todo esto y por consiguiente mantiene firme su clara posición al respecto, que no puede ser modificada por la presión de la legislación civil o de la moda del momento.”
PUNTO 12. – La voluntad de Dios para el homosexual
“¿Qué debe hacer entonces una persona homosexual que busca seguir al Señor? Sustancialmente, estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, uniendo al sacrificio de la cruz del Señor todo sufrimiento y dificultad que puedan experimentar a causa de su condición. Para el creyente la cruz es un sacrificio fructuoso, puesto que de esa muerte provienen la vida y la redención. Aun sí toda invitación a llevar la cruz o a entender de este modo el sufrimiento del cristiano será presumiblemente objeto de mofa por parte de alguno, se deberá recordar que ésta es la vía de la salvación para todos aquellos que son seguidores de Cristo.”
PUNTO 13. – Informar correctamente
“Es evidente, además, que una clara y eficaz transmisión de la doctrina de la Iglesia a todos los fieles y a la sociedad en su conjunto depende en gran parte de la correcta enseñanza y de la fidelidad de quien ejercita el ministerio pastoral. Los Obispos tienen la responsabilidad particularmente grave de preocuparse de que sus colaboradores en el ministerio, y sobre todo los sacerdotes, estén rectamente informados y personalmente bien dispuestos para comunicar a todos la doctrina de la Iglesia en su integridad.”
PUNTO 17. – Sobre los Teólogos Católicos
“Los Obispos, sobre todo, no dejarán de solicitar la colaboración de todos los teólogos católicos para que éstos, enseñando lo que la Iglesia enseña y profundizando con sus reflexiones el significado auténtico de la sexualidad humana y del matrimonio cristiano en el plan divino, como también de las virtudes que éste comporta, puedan ofrecer una válida ayuda en este campo específico de la actividad pastoral.”
FIRMA: Joseph Card. Ratzinger
Prefecto
Carta Completa: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19861001_homosexual-persons_sp.html
Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que escribiste. Si bien no soy un estudioso de la palabra, leo la biblia e intento acercarme a Dios.
Realmente quede admirado por tu sabiduría y respeto.
Yo sin haber tenido fundamentos bíblicos, entendí la bisexualidad como una batalla que me tocó a mi personalmente, como mi cruz, y por eso trato de estar y de accionar siempre acorde a la palabra del señor.
Me alegra saber que lo que presentía, es entendido así también por alguien que tiene mucho conocimiento y experiencia en la vida religiosa. Te agradezco por expresar tu opinión y me gustaría contactarme con vos.
Saludos desde Argentina.
No puedo estar de acuerdo. ¿El mensaje de Cristo no es precisamente para los corruptos, como Zaqueo y sus amigos? ¿No habla él para los que odian y matan al que odian, como Pablo? ¿No le pide que le sirva precisamente a quien sirve al dinero, como el joven rico? ¿No va para quien cree que los gentiles no se salvarán, como nuestros hermanos de los Hechos de los Apóstoles? ¿No va para los publicanos y las prostitutas, para los fariseos y los violentos, para los orgullosos y para los mentirosos, para la adúltera y, en definitiva, para nosotros, los pecadores bajo la Ley? ¿Murió por los justos o por los que le crucificaban? ¿Sólo el que es justo de corazón puede escucharlo? Porque estaríamos en graves problemas entonces, y no necesitan médico los sanos, sino los enfermos, y todos estamos enfermos: sólo hay Uno que es Bueno. ¿No es precisamente para quienes crucificamos al Hijo, como dice Pedro en Pentecostés? Si la práctica de la homosexualidad es un pecado, eso significaría que están dentro, no fuera, que les hablamos precisamente a ellos, porque Jesús ha venido a llamar a los pecadores. Eso tampoco les haría distintos de nosotros, porque todos somos pecadores, del primero al último, y quien diga otra cosa, miente. Las valoraciones morales que hace la Iglesia no pueden ser excluyentes, precisamente porque quien rechaza el perdón de los pecadores (como Tertuliano) rechaza la misericordia de Cristo.
Pero el pecado, según la Escritura, es vivir en la insatisfacción y la miseria, abandonar la fuente buena para construirse cisternas rotas que no apagan la sed, esclavizarse a uno mismo, hacer de los propios miembros los de una prostituta, cerrarse al amor, hacerse desconocido para Cristo, negarse a entrar al Banquete. Por eso parte de la misericordia es dar luz sobre la herida y buscar la conversión. Pablo tendrá que dejar de odiar, Zaqueo devolverá lo que robó cuatro veces, la mujer adúltera no debe pecar más, y tampoco el ciego, porque que pecara supondría algo peor que estar ciego. El fariseo tiene que convertirse y hacerse niño otra vez, como Nicodemo. Los judaizantes deben aceptar que Dios ha hablado también para los gentiles. Y si la práctica homosexual es pecado, entonces el homosexual también debe ponerse en camino hacia el agua viva. Si no lo hacen, la palabra de Dios no llega a ser semilla en sus corazones, porque el mundo y las pasiones la arrebatan, porque el Maligno hace que se olvide o porque la seducción de las riquezas la ahoga. ¿Sería misericordia dejarles en sus errores, en sus oscuridades, en sus tinieblas, o indiferencia y olvido? Salir de todo eso parece imposible, pero Cristo cura la mano muerta, hace que el paralítico camine, hace desaparecer el mal que afligía a la hemorroísa desde hacía veinte años, da vista a un ciego de nacimiento.
Y ahora, ¿es pecado? Juan Bautista consintió en morir por decirle a Herodes que no le era lícito tener a la mujer de su hermano. Y no por odio o desprecio a Herodes, sino por amor a Herodes, o no sería San Juan Bautista. Hay una moral cristiana sobre la sexualidad, que viene de las palabras de Cristo, que se remite al Génesis para afirmar un matrimonio único e indisoluble entre el varón y la mujer. Ese es el testimonio de la Ley y de San Pablo, de las Cartas a los Romanos, Colosenses y TImoteo, de la Iglesia y de los santos de todos los tiempos. El que bebe de otras fuentes, bebe siempre de fuentes vacías, y vivirá en la insatisfacción. Y el Catecismo de la Iglesia, el compendio de la Fe, dice lo mismo. Nos salvamos por Gracia, pero aspiramos a las obras de los mandamientos, porque esa es la Ley del corazón del hombre, de la que ni una jota ni una tilde ha sido abolida, aunque ha de vivirse con amor y por amor.
No es lo mismo sentir que consentir, ni experimentar que actuar. El Catecismo dice que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”, que “Son contrarios a la ley natural”, que “Cierran el acto sexual al don de la vida”, que “No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual”, y por último, que “No pueden recibir aprobación en ningún caso”. En la moral cristiana, no es lo mismo sentir que consentir. Esas afirmaciones no nacen del odio, sino del amor. Inmediatamente después, se pone en la piel de aquellos que son como esos alumnos: “Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba”. Y dice que “Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza”. Y dice también que “Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”. Porque “Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”. Y por último, que “Las personas homosexuales están llamadas a la castidad”. Si la Ley es la Ley del corazón del hombre y el pecado destruye a la persona, esto hay que decírselo por amor y para ayudarles, para salvarles, para que puedan ser felices en este mundo y en el otro, y eso dando testimonio y hasta dar la vida. Porque somos su esperanza, pecadores que son la esperanza de otros pecadores porque les llevan a Cristo, como vasijas de barro con un gran tesoro. Más ahora, porque pocos se lo dirán, y algunos de los que se lo digan lo harán sin amor. Así que lo defenderé hasta la muerte, sean cuales sean las consecuencias.
Vivir en castidad y no poder actuar según uno siente, tener que oponerse al propio enamoramiento, sufrir, sentirse diferente o al margen, llorar, renunciar al sueño del “amor de la propia vida”, afrontar las propias caídas y los propios pecados con sus consecuencias y ser juzgado por otros es realmente una prueba sangrante, una prueba dura. Pero el hombre que se enamora de la mujer de su hermano, el que, casado para siempre, se ve abandonado por su mujer, el que ve luz en alguien al que por diferencia de edad no puede ni debe pretender, el que no es correspondido después de haber empeñado su vida, el que no encuentra a nadie en toda su vida, el llamado a un amor que no incluye el matrimonio y el que se siente atraído por el mismo sexo, todos ellos deben recordar que el camino que parece fácil y natural no lo es, vivir su prueba con confianza y abrazarse más y más al amor de Cristo, el único que puede darles las respuestas. La libertad interior, la amistad desinteresada, la oración y la gracia sacramental pueden ser los hitos de ese camino.
¿Es cristiano ser gay? Para ellos estamos aquí. Pero también para decirles lo que dice la Escritura, y acompañarlos por el difícil camino, el camino estrecho que, sin embargo, lleva a la auténtica Vida.
TUS PECADOS HAN SIDO PERDONADOS. VE Y NO PEQUES MAS
No es tan complicado. La respuesta es que Jesús nos quiere a todos y quiere que todos vivamos la castidad.
Tan malo es que un homosexual sea impuro como que un heterosexual sea impuro.
100% contigo. Realmente opino k tú si eres cristiano y k crees k verdaderamente Cristo con su muerte y RESURRECCIÓN derribó el viejo templo normativista, excluyente y rígido para construir el Templo inclusivo del AMOR en el que cabemos todos y todos damos Gloria a Dios por el bello acto de amor creador k hizo en todos y cada uno de nosotros. K Dios le bendiga padre.
Creo que este tipo de publicaciones pueden dar lugar a mas confusión. Jesús perdono a la prostituta, por lo tanto todas pueden ser prostitutas? debemos claramente separar la persona del pecado. Jesús le dijo a la prostituta: no peques mas. No es que las prostitutas sean aceptadas o no, se acepta a la persona, pero un elemento clave es el arrepentimiento del pecado. El ser gay no excluye de ser cristiano, de ser santo, todos somos llamados a ser santos. Si la persona es heterosexual, el sexto mandamiento dice no fornicar, no importan si somos atraídos por hombre, mujeres o ambos, el problema es que la sexualidad esta creada por Dios, para un fin santo, el amor y la procreación, en casados en matrimonio, no libremente. Asi que si la orientación es heterosexual u homosexual, solo dentro del matrimonio religioso, y abiertos a la procreación y al amor, es cuando el designio de Dios para la sexualidad se convierte en santo, bueno y agradable a Dios. La pregunta no es si ser cristiano y gay es posible, la pregunta es: la persona cumple con los mandamientos de Dios? se arrepiente de los pecados cometidos? entonces si se puede ser santo. Si no se arrepiente del pecado se separa de Dios
Excelente! Dios siga poniendo luz a la Iglesia en este tema. Un abrazo fraternal
Un homosexual puede ser cristiano e incluso santo!! Pero si y sólo si, como todos los pecadores asume sus debilidades, confiesa sus pecados, lucha verdaderamente con sus tentaciones y se apoya en la esperanza de la misericordia de Dios. Lo que hay que dejar bien en claro es que Dios perdona siempre que haya arrepentimiento, Nunca, cuando no lo hay!
Estimado padre:
La cuestión creo que es mucho más compleja. Como profesor de Religión, al igual que usted, pero en la escuela pública, esta cuestión es recurrente y, con el agravante, de que reciben múltiples respuestas de otros profesores (aparte de los medios de comunicación, familia, amigos, catequesis…). Pero entiendo que el verdadero problema es el referente eclesial que percibe el alumno: no ya en la tele…o en las palabras del Papa que a todos los chicos ( creyentes o no : porque en mis clases tengo bastantes alumnos no creyentes y un 80% católicos no practicantes) les causa una favorable opinión… sino en su entorno más cercano: parroquia, cofradías, catequesis…
Hay que partir de Cristo, por supuesto, pero a través de una exégesis seria y científica que devenga en una teología moral actualizada y teniendo en cuenta los avances de las ciencias humanas. Y esto sigue estando por hacer y, mientras, se observan claras contradicciones teológicas o pastorales en la propia Iglesia que no siempre están plenamente contrastadas. SEgún la parroquia a la que vayas, al colegio en que estudies…. te dirán una cosa u otra respecto al tema de la homosexualidad, en este caso. El Papa proclama una pastoral de acogida y no discriminación, pero la doctrina y la praxis sacramental hace que muchos homosexuales no puedan estar en plena comunión con la Iglesia y, en esto, el Papa tiene las manos atadas. Un homosexual puede recibir los sacramentos, ser padrino…pero si mantiene relaciones sexuales derivadas de su orientación, ya no es posible y el argumento no es disciplinar, sino que deriva presuntamente de la Palabra de Dios…
En el fondo hay un problema de comprensión en los chicos (y en los mayores) de lo que es el gran valor cristiano del Amor. No es una emoción, ni un sentimiento. Es una actitud, un compromiso vital que construye la verdadera humanidad tal como Dios quiere y nos plantea. La Iglesia debía plantear desde el Amor desde una pastoral integral bien asentada en la Palabra y la Teología. Como decía José Luis Martín Descalzo “no hay pecados de amor” y el que ama en el sentido de Cristo no puede ser nunca “un pecador”… Pero cuando se habla de amor muchas veces, como digo, el concepto está viciado, quizá no en ti, pero sí en los que te escuchan… En este caso, los chicos… Y hay que tener mucho cuidado y contrastar siempre para no llevarte sorpresas.
Este es el problema. No bastan las buenas palabras o “el buen rollo”. Hay que dar razones y testimoniarlas en nuestras vidas. Quizás así nuestros alumnos puedan comprender más allá de preguntas puntuales o de respuestas aprendidas…que luego no viven.
Un saludo cordial
Que tiene en que ver los testículos para comer trigo?
No hay ningúna incompatibilidad entonces, como cristiana convocó a dar el paso a que participen del cristianismo.
Hola: una cosa es tener atracción hacia el mismo sexo y otra ser gay. Parece lo mismo pero no lo es.
Un saludo
Jose
Totalmente de acuerdo, Jesus nos mostro que todos somos hermanos, sin distinciones de ningun tipo, hijos del mismo Padre.
¡Excelente respuesta, Su amor y su mensaje es para todos!
Que diría Jesucristo? El dijo: …Yo tampoco te condeno. Ve y no peques más… Alguien no comprende lo que esto significa? Significa que Dios no nos rechaza por tener naturaleza pecaminosa. Desafortunadamente el que peca y no se arrepiente ya se ha condenado a si mismo.
Gracias, hermano. Ni se puede ser más claro. Es tan evidente lo que dices que no queda más que rezar porque toda la Iglesia sea capaz de entenderlo, y sobre todo de vivirlo. Y por supuesto que aplaudir y agradecer tus palabras y tu sensibilidad.
Es la misma distinción entre ser pecador y ser cristiano. Todos tenemos tentaciones y la buena noticia es que Jesucristo me querré librar de mi esclavitud al miedo a la muerte queda su veces me esclaviza al pecado. Igual puede liberar al adulterio que al homosexual. Ni el adulterio ni la homosexualidad me caracterizan. Dios me hizo para ser libre. Es distinto caer en un pecado de homosexualidad u homicidio que SER homosexual u homicida.
Catecismo de la Iglesia católica
Castidad y homosexualidad
2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
Amo a Dios y nunca me olvido de el y lo q el ISO en mi vida y el gran padre q es para mi. Pero aun después De dos años que me corrieron de la iglesia por ver hay sin ni siquiera preguntarme cuantas lágrimas derrame por mi supuesta enfermedad aun después de 2 años lloro pero no por ser como soy sino xq no me dieron la posibilidad de demostrar el amor d Dios xq estoy seguro q el no le importa sino q ama mi corazón. Los cristianos olvidamos q mentir también es pecado ser falso es pecado y yo no quería mentir ni ser falso quería ser libre amando a Dios
Es curioso leerte porque yo siendo una mujer cristiana, y super gay, me siento mal en la iglesia escuchando muchas veces lo malo que es ser como soy.
Sirvo en esa iglesia, me bautizar y ya voy para 2 años sirviendo en ese lugar. Quisiera las personas no fueran tan crueles y vieran lo que Dios ve.
Simplemente Dios condena la homosexualidad, y esta en su palabra el que quiera vivir en la ignorancia pues que sigua Dios es amor pero también es fuego consumidor, la homosexualidad es un pecado y Dios condena este pecado con infierno así de siempre. Dios ama al pecador más no al pecado
Caríssimo Frei Ricardo, caí por acaso em sua página. Achei lindas as suas palavras. A sua comparação dos homossexuais com as mulheres, as quais também são diminuídas em várias passagens bíblicas, incluindo algumas epístolas paulinas, é muito perspicaz. A compreensão científica da natureza humana bem como a contextualização histórica dos escritos bíblicos e demais documentos eclesiásticos ajudam-nos sobremaneira a iluminar eventuais trevas de fanatismos milenares, que nada têm de Deus. Hoje, entendemos mais e melhor o que outrora a ignorância, o fanatismo ou o medo do desconhecido identificavam como pecado ou impureza. Que Deus continue inspirando os seus escritos. Muito amor e paz em Cristo a todos os dominicanos e especialmente ao senhor.
Esto ba al colectivo LGTB,
Dios es Amor, todos somos hijos de Dios , y como Padre Celestial nos Ama y nos enseña,
La Palabra de Dios es clara,
Amaras a tu Señor tu Dios ,con toda tu alama y todo tu ser ,y al Progimo como a ti mismo.
Los mandamientos del Señor son claros ,
NO CONFUNDAN EL AMOR FRATERNAL , AL PROJIMO con el sexo ,
Bien claro lo dijo el Señor amaros unos a los otros , como un madre o un padre ama a sus hijos , o como un hermano ama a su hermano , es FRATERNAL dicho Amor, ese es el amor Que Nuestro Señor nos enseñana.