Hace menos de un mes, con motivo del día de la felicidad ( 20 de Marzo ) nos invitaron en el trabajo a dar nuestro testimonio, voluntariamente quien quiso, sobre ‘Qué mueve nuestra vida’ y reflexionar sobre el propósito de ella, recogiéndolo después en un libro.

Me pareció un reto poder expresar en pocas líneas a un grupo de más de 3.000 personas, compañeros, lo que de verdad me mueve y hace feliz. Lo llevé a la oración y del eco en ella hablé de vivir agradecida, y disponible para el otro; y de cómo eso lo vivo desde la experiencia del AMOR de DIOS.

Y ahí ha quedado plasmado. De algo más de 130 testimonios que ‘cogimos el guante’, dos poníamos expresamente a DIOS en nuestra felicidad. Quiero pensar que alguno más, aun no diciéndolo, escondía ese mismo ‘motor’ vital… Seguro que sí.

Pero no es esto en lo que quiero detenerme, sino en lo que tras esta reflexión, y enlazando con el Jueves Santo, día del amor fraterno, resonaba en mí y me acompaña ahora en este tiempo de Pascua.

Sólo desde el servicio es posible ser FELIZ. ¿Quiero ayudar-te a ti, que estás excluido, solo, que formas parte de los ‘descartados’, de los que no cuentan? ¿O quiero ir más allá y SER verdadera acogida para ti, unir mi voz a la tuya y hacer de ella denuncia? ¿Quiero comprometer mi vida con la tuya; hacer de tu causa la mía? ¿Quiero acariciar con ternura tu dolor y dejarme transformar por él? Es importante no confundir lo que quiero hacer con lo que quiero SER, y dar una respuesta honesta.

Sé que la felicidad está en descubrir que tocando tu dolor, haciéndolo mío, es como soy capaz de vivir el AMOR de DIOS, sin límite. ¡Qué quiero hacer y qué quiero ser… ¡ Dos cosas parecidas, pero bien distintas. Si en mi testimonio hablo de disponibilidad y de construir humanidad, ¿soy capaz de romper miedos y barreras?; ¿quiero SER para el otro? Disponible para ayudar, SÍ; pero esa es una felicidad a medias; raquítica si cabe. La FELICIDAD de SER uno con el otro, es la felicidad desde DIOS.

Y aquí entra la siguiente pregunta e inquietud: cómo SER uno con el otro y para qué.

En este camino de Pascua, me pongo en tus manos, Padre, para descubrir el CÓMO: vaciándome de egoísmos, impaciencia, celos, miedos; llenándome de humildad, llegando a reconocerme necesitado de TI y de los otros, mis hermanos; mostrándome como soy: vulnerable y limitada.

Y para qué: para SER FELIZ desde la entrega; aceptando mis debilidades, sabiéndome cuidada por TI, agradecida y sintiendo la paz de TU AMOR.

Día Internacional de la Felicidad, (Asamblea General de la ONU, 2012 ) reconoce la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno, buscando el bienestar y la igualdad en la sociedad.

Carmen Calama, voluntaria de Selvas Amazónicas