El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer y es un buen momento para que nos paremos a analizar cuáles han sido los avances que se han logrado en el campo de la igualdad de género, pero también es una oportunidad para celebrar la valentía y la determinación de las mujeres de a pie de calle que siguen jugando un papel fundamental en el cambio de sus países y de sus comunidades.
Cuando he tenido que explicar a mis alumnos de 14 años el por qué es importante el Día Internacional de la Mujer, les he insistido en que deben quitarse las gafas de Europa, donde a priori nos puede costar más ver las desigualdades, y les invito a que se pongan las gafas del mundo porque es ahí cuando vemos las grandes desigualdades. Abren los ojos a la realidad de que muchas mujeres del mundo son violadas, son maltratadas, son víctimas de trata…y es entonces cuando se dan cuenta de la importancia que adquiere el movimiento feminista en la lucha para que esta situación cambie.
Siempre que leo el Nuevo Testamento, veo que Jesús con su mensaje de amor incondicional, y con su mensaje de que todos somos hermanos nos está dando una lección de igualdad. Para Jesús las mujeres son importantes, hasta tal punto que en muchos pasajes son protagonistas y en todos ellos nos muestra que las trata como una igual.
En la Agenda 2030 sobre el desarrollo sostenible, el quinto objetivo es “la Igualdad de género”. Por delante tenemos 9 años para conseguir esa tan ansiada igualdad, tenemos 9 años de retos y una gran oportunidad para cambiar el mundo en este sentido. ¿Seremos capaces de conseguirlo?
Ángela Burguet Marimón, voluntaria de Selvas Amazónicas