Ante una de las peores situaciones vividas en mucho tiempo, en vez de poner soluciones, ¿Por qué no usar el “comodín” (de muchos gobiernos) de la educación?

Hace unos días, en medio de un Estado de Alarma, un toque de queda, la quiebra de tantísimos negocios, la desesperación de tantas personas, la tristeza por tantas muertes y la preocupación por el futuro, a algún otro “comité de expertos” se le ocurrió pensar en la educación como moneda de cambio.

Después del sobreesfuerzo que están haciendo TODOS los centros educativos y con total éxito en el cumplimiento de normas, parece que era un buen momento para darles incertidumbre y añadir cambios. Ojalá esos cambios planteados hubieran surgido tras haber paseado por cada uno de los diferentes centros existentes. De conocer sus recursos y los que pudieran necesitar. Tras haber recogido las preocupaciones de sus docentes, y algunas de sus bajas. Ver la ilusión (o no) de los niños y adolescentes. Del cuestionamiento del absentismo escolar. De los testimonios de las distintas familias y sus necesidades. De la importancia del niño, de su bienestar y el futuro. Me da que por los diferentes aspectos que incluye esta nueva ley, poco de lo anterior ha habido. Me entristece pensar que se juega con la educación para un bien político o peor aún,personal. Pero siempre hay esperanza y sé que como hasta ahora, equipo educativo, niños y familias darán más de una lección a la sociedad y a sus políticos. Gracias a cada uno de ellos por el trabajo y adaptación.
Y El, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Mateo 18:2-5


Firmado: una ciudadana que admira la sabiduría de sus abuelos y el conocimiento y cultura de sus padres. Y le da miedo ver como su generación y más aún las posteriores, necesitan de la información rápida y opinión de otros para seguir adelante.