Cuando alguien está al frente de algo seguro que no todo es de su agrado, habrá cosas que le gusten más que otras, situaciones que prefiera ante otras más desagradables, personas con las que prefiere trabajar codo a codo y otras que mejor estén un poco más alejadas, pero si está al frente de todo ha de intentar dar lo mejor de sí mismo a todos buscando resultados óptimos para la mayoría si no para todos.

Cuando se elige un gobierno en cualquier institución y se pone a personas en cargos de coordinación, de organización, de cooperación, éstas deben estar preparadas para asumir que no todos los que están a su cargo van a congeniar al 100% con ellos, no todos estarán de acuerdo con las propuestas que presenten, no todos serán de su mismo pensamiento ni ideología, no les moverán las mismas razones para realizar esa función, pero el objetivo ha de ser el mismo, conseguir lo mejor para todos desde la función que desempeñan.

Ojalá esto no fuera lo curioso sin o lo normal, la realidad es que normalmente cuando alguien ocupa un puesto de responsabilidad empieza a imponer su forma de pensar, de creer, de organizar y esto lleva a que no existe un trabajo en equipo sino que para poder sobrevivir mejor es cumplir lo que te dicen y no “mojarse”, aunque tengas bien claro que con aportaciones de todos y con formas de pensar diferentes se enriquece más el resultado del trabajo.

Cuando un grupo llega a un puesto de gobierno, habiendo sido elegido por la mayoría, no está para gobernar a la mayoría que le votó, está para todos los que forman el grupo, la empresa, el país y si eso no lo tienen claro puede que el descontento llegue no sólo a los que no les votaron, sino que se amplíe a los que sí votaron por ellos y les creen una frustración por la equivocación de confiar en quien no cumpliría las expectativas o las promesas hechas.

Si nuestra forma de mirar alrededor sólo abarca lo que nos gusta, lo que nos apetece, lo que nos mueve, puede que terminemos pronto nuestro trabajo porque tendremos poca distancia entre nuestra cabeza y nuestras manos, si mantenemos una mirada amplia que llegue más allá de nuestro horizonte personal, nos enriqueceremos con lo que otros nos puedan aportar y el resultado de nuestras acciones será mucho mayor.


Macu Becerra DMSF