Siempre me pasa igual. Leo los textos de los compañeros y digo: yo no sería capaz de decirlo mejor… y hoy también me ha pasado. Gracias Ricardo por tu “Resurrección es”.

Yo también quería hablar de la Resurrección porque nos pasamos la vida hablando de la cruz y del dolor y del sufrimiento pero ¡nos cuesta tanto hablar de la Resurrección! O bueno, a mí al menos me pasa.

Estos días, como no puede ser de otra forma, me estoy encontrando con el dolor y el sufrimiento muy de cerca. Personas de quien no pensaba oírlo jamás me han dicho: “me cuesta felicitar la Pascua” o “esta es la Pascua más triste que he vivido nunca”… Otras, que por mi trabajo me explican que se han quedado sin nada, sin apoyos, sin trabajo, sin comida, sin un lugar donde poder pasar la noche…

A todas nos está costando vivir y comprender, desde lo más profundo, la alegría que nos trae el Resucitado también en medio de este encierro. Pero no podemos olvidarnos de las veces que proclamamos el credo y decimos creer “en Jesucristo, que fue crucificado, muerto y sepultado… y resucitó al tercer día…”. Y que eso no es una leyenda, sino algo que pasó y que pasa… cuando alguien decide entregarse hasta la extenuación en una UCI para que un enfermo mejore; o alarga sus horas o esfuerzo en el súper para que encontremos al día siguiente todo en su sitio; o lo da todo en el balcón, aplaudiendo o poniendo música para animar al vecindario… Cuando la psicóloga decide continuar las terapias individuales y de grupo durante el confinamiento a cambio de eso, de vernos las caras, de tomarnos el pulso y “mantener la vida” (¿no es eso también resucitar?); o cuando los profes corrigen, uno a uno, y devuelven a sus cientos de alumnos y alumnas las tareas que previamente han pensado y enviado a través de las innumerables plataformas que hemos aprendido a usar a marchas forzadas estos días. (Cada una, cada persona, puede poner aquí algo que haya visto o leído o mejor aún, protagonizado).

Nos pensamos que la resurrección es algo “sobre-natural” que le pasó a Jesús pero lo que aprendemos, si estamos atentas es que la resurrección le ocurrió a Jesús en la historia y nos pasa a cada una en nuestra propia historia. Cada día. A cada rato.

Olivia Pérez