Llevamos días extraños donde nuestra vida ha dado un giro radical. Calles vacías, colegios vacíos, tiendas cerradas, iglesias sin fieles, distancia física -por necesidad y seguridad- entre nosotros. Todos estamos en nuestro entorno, pero… todo es tan distinto.

Sin embargo ante tanta noticia sobre esta situación que nos está tocando vivir, ante tanto dato negativo que hace que surja la impotencia, ante tanta ansiedad por no saber cuándo pasará todo esto, la creatividad se ha hecho presente más que nunca.

Los colegios y universidades están más en silencio que nunca, pero el magisterio se sigue desarrollando; el alumnado sigue aprendiendo, de otra forma, todo lo necesario para seguir creciendo en sabiduría y en humanidad. Nuestras calles se llenan de vida, entre aplausos y música, aunque nuestros pies no pisen el asfalto. La fe se vive y celebra en nuestros hogares mostrando que Dios sigue actuando en todo momento y circunstancia. Estamos separados de forma física, pero ello no significa que nuestros abrazos no hagan sentir.

La creatividad de estos días nos está haciendo experimentar que desde lo simple es mucho más fácil percibir lo sublime. Solo tenemos que ampliar nuestro horizonte y querer sentir.

Fr. Ángel Fariña