Como saben seguro nuestros lectores y lectoras, la publicación de la Exhortación Apostólica Postsinodal “Querida Amazonía” del Santo Padre Francisco, a los voluntarios y voluntarias de Selvas Amazónicas-Misioneros Dominicos, no nos deja indiferentes; y raudos y veloces corrimos a leerla nada más fue publicada, ¿y cómo no hacerlo si nos llegaba por tierra, mar y aire?, o mejor dicho, nos llegaba vía digital, por todas las redes sociales del mundo mundial. En fin, que no hemos podido escapar de la exhortación. Y tampoco hemos querido, claro está; al fin y al cabo muchos de nosotros hemos vivido experiencias de misión en la Amazonía y nos sentimos implicados con ella, por lo que aprovechamos este foro que nos ofrecen los jóvenes de la Orden para fijarnos en aquello que nos llama la atención de la exhortación. Así que hoy, hablaremos de algunas de las denuncias que realiza el Santo Padre en su exhortación.

La primera vez que aparecen los derechos en la Exhortación es en forma de sueño, en el punto 7. “Sueño con una Amazonia que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida.”. ¡¡Ahí es nada!!. Francisco sueña con incorporar al derecho positivo el derecho natural inherente, por dignidad, a todo ser humano. Es un sueño precioso, si, pero en mi opinión no se puede conseguir sin un cambio de paradigma en las legislaciones de los estados en los que reside la Amazonía, donde se proteja de manera efectiva a los pueblos originarios por encima de los intereses, y también derechos, de las empresas y coorporaciones que operan en la zona.

Enlazando con la falta de protección de los derechos, en el punto 12 de la Exhortación, el Santo Padre hace referencia a un problema archiconocido: la falta de titularidad de las tierras donde habitan los pueblos originarios. Así afirma:“Todo esto con una mirada que no reconoce los derechos de los pueblos originarios o sencillamente los ignora como si no existieran o como si esas tierras que ellos habitan no les pertenecieran.”. Es público y notorio, que en la cultura indígena, ni tiene registros de la propiedad de inmuebles, ni se rigen por normas que protegen el derecho a la propiedad, circunstancia esta que provoca injusticias tales como que empresas y particulares obvien los derechos adquiridos por los pueblos originarios, atribuyéndose titularidades que no les pueden corresponder conforme al derecho natural. Francisco además, es contundente poniendo nombre a estas prácticas: (punto 14) “injusticia y crimen”, para finalmente, en ese punto 14 terminar de forma contundente “Esto viene acompañado de graves violaciones de los derechos humanos y de nuevas esclavitudes que afectan especialmente a las mujeres, de la peste del narcotráfico que pretende someter a los indígenas, o de la trata de personas que se aprovecha de quienes fueron expulsados de su contexto cultural. No podemos permitir que la globalización se convierta en «un nuevo tipo de colonialismo”. La denuncia que hace el Papa de las violaciones de derechos humanos en la Amazonía es MAYÚSCULA. Situados en el contexto amazónico, el hecho de que los habitantes de la Amazonía carezcan de títulos de propiedad ha permitido a empresas extractoras de oro, gas, madera, etc.. instalarse en la zona, provocando no sólo graves daños ambientales, sino que también atraídos por el negocio se concentran crimen, mafias y trata de seres humanos con fines de explotación sexual y laboral. Una muestra de ello, para quien interese, lo dejamos en este enlace.

https://www.cuatro.com/pasaportepampliega/minas-ilegales-oro-mafia-prostitucion-menores-asesinatos_0_2740500026.html

Nos quedamos ahí, con esa denuncia del Santo Padre a la que nos unimos desde Selvas Amazónicas-Misioneros Dominicos, institución que lleva años luchando por los derechos de los pueblos originarios acompañando en su evangelización, promoción humana y lucha por sus derechos.

Maite Moreno. Voluntaria de Selvas Amazónicas