Esta semana a salido a la luz la tan esperada como deseada Exhortación Apostólica postsinodal Christus vivit del papa Francisco. Un texto que se lee muy bien dado que su lenguaje -algo a lo que creo ya nos tiene acostumbrados este Papa- es cercano.

Quiero insistir en que esto es un pequeño comentario después de una primera lectura. Tengo que meterme y estudiarla más a fondo porque seguro hay matices que necesitan una mirada y una lectura más atenta. Pero así, de primeras, no nos dice nada nuevo. Quien haya leído el Documento Final del Sínodo se va a encontrar con una pequeña ampliación del mismo. Es el texto más citado de toda la exhortación, a él remite no pocas veces y no sé si al citarlo, le da cierta autoridad.

No estamos ante una Exhortación que entusiasme. Evangelii gaudium nos trajo ilusión, ganas, entusiasmo, esperanza…«primavera». Esta nos trae un texto lleno de ternura y escrito con cariño -así aparece en el nº 3- pero creo que no es un texto sorprendente.

Dicho lo anterior, que parece que lo pongo todo negativo, sí que hay pinceladas al más puro estilo Francisco, que creo hay que leer, estudiar y meditar. Los números que van desde el 230 hasta el 238 creo que presentan una propuesta pastoral a tener muy en cuenta. Dicha propuesta el Papa la denomina «una pastoral popular juvenil».

Francisco desde Evangelii gaudium insiste mucho en la cuestión popular. Con respecto a pastoral popular juvenil nos dice que tiene otro estilo, otros tiempos, otro ritmo, otra metodología; amplia, flexible. Donde no se pongan obstáculos, normas, controles (…) acompañar para que el Espíritu Santo actúe (nº 230). No dice qué ritmo, ni metodología, ni cuanta amplitud… ¿será que nos está indicando que cada lugar tiene su metodología, su amplitud, su flexibilidad…? ¿Nos está indicando que hay que apostar por la pluralidad y no por la uniformidad? ¿Habrá que leer esta Exhortación entre líneas?

Repito que necesito dedicarle mucho más tiempo. O quizá deberíamos dedicarle, todos, más tiempo. Porque hay algo que sí deja muy claro: hay necesidad de asumir nuevos estilos y nuevas estrategias (nº204) y, sobre todo, no ser fotocopias (nº 162).

Fr. Ángel Fariña, OP