Este lunes vengo a contaros que no sé cuál es la mejor solución para Cataluña. Tampoco tengo claro qué está pasando en Venezuela, aunque algo he leído por aquí y por allá. Y siento deciros que tampoco sé seguro si los cambios en la fiscalización de la investigación solucionarán los males que esta disciplina tiene en España. Es que ni siquiera estoy seguro al 100% de que Trump sea tan mal presidente para su país.
A decir verdad, no tengo ni idea de cuál es el mejor deportista de la historia de España: si Nadal, Indurain, Iniesta, Fernando Alonso u otro. Ni siquiera estoy seguro de que la Fórmula 1 sea exactamente un deporte. Y no puedo decir si este año los premios Goya han repartido o no justicia a una película o a otra.
Tampoco tengo por costumbre leerme las sentencias judiciales en cinco minutos desde que sale la noticia como para saber si son o no justas. Más aún, la inmensa mayoría de veces que se da un premio Nobel, no tengo ni idea de si lo merece o no.
Os prometo que no siempre tengo una opinión formada, y que si la tengo me reservo el derecho inalienable e inviolable de cambiarla. Incluso puede que algún día vuelva a gustarme la Cruzcampo, con eso ya más no puedo decir.
Y soy feliz sin pontificar.
De lo único que estoy seguro es de que la pizza sin piña, gracias.
Asier S.B.