Ante las noticias que nos llegan cada día sobre las realidades que atentan contra la dignidad de las personas migrantes, no hacer nada no es una opción. Por eso,desde la asociación El Atochar ha nacido el Proyecto Balimayá (que en Bámbarasignifica familia que no es de sangre), que quiere ser un hogar para aquellos que llegan a nuestro país y la administración no puede atender.
El proceso es difícil: una vez comenzada la búsqueda de un lugar donde desarrollar el proyecto, llegan las dificultades. A los problemas generales de la vivienda en Madrid se suma la negativa de los propietarios a alquilar un inmueble para este tipo de actividad. Finalmente actúa la providencia y en el mes de abril la congregación Apostólicas del Sagrado Corazón nos cede un piso que tiene capacidad para acoger a seis personas de larga estancia y dos más en situaciones de emergencia. Con muchísima ilusión preparamos el piso, la acogida, las normas de convivencia, etc. El tiempo de permanencia en el recurso finaliza cuando la persona es capaz de llevar una vida independiente y autónoma. Qué bonito sería que aun no viviendo allí quisiera seguir vinculada con el proyecto y ayudando a los que vienen después… Seguimos soñando.
Al entrar en Balimayá adquieren el compromiso de cuidar la casa y de la familia, esforzarse por la convivencia respetando las distintas culturas de las que vienen, formarse para entrar en el mundo laboral, preocuparse de regularizar su situación administrativa y aprender el idioma para facilitar la comunicación. Y ya si se animan a enseñarnos francés ¡ganamos todos!
Actualmente conviven seis chicos derivados desde diferentes entidades como Sercade (ONG de los jesuitas) o Elín (de las Carmelitas Vedruna). Ellos, un grupo de voluntarios y las personas de la Asociación integramos esta familia sin fronteras. Los chicos provienen de diferentes países africanos: Mali, Camerún y Guinea Conakry. Dedican gran parte de su tiempo al estudio, ya se trate de formación laboral (cocina o jardinería), ESO o aprendiendo español. De esta forma favorecen su integración así como su incorporación al mundo laboral. En casa cuidan de la convivencia reuniéndose en asamblea una vez a la semana, además de la reunión semanal conjunta con las personas de la Asociación; y posterior cenita si se da la oportunidad. ¿He dicho ya que algunos estudian cocina? 😉 Reciben seguimiento personal por parte de sus tutores. Pero, más importante, todos se implican en la buena marcha del proyecto y el objetivo es vivir en ambiente de familia. Y con todo, siempre sacan tiempo para jugar a fútbol o aquello que les guste.
Por otro lado, de estos jóvenes y sus vivencias nace un compromiso por una necesaria transformación social. Participan en manifestaciones y son llamados a dar testimonio de su viaje para que se conozca la dura realidad que viven y así poder trabajar por mejorarla.
Los voluntarios y voluntarias son una pieza clave en este proyecto.Acompañan a los chicos en visitas al médico, dentista (también una voluntaria para quitarse el sombrero), administraciones, etc. Si lo precisan ofrecen clases de apoyo escolar y participan en las excursiones que se organizan cada tanto. Imprescindible también mencionar la ayuda de entidades como Cáritas Atocha y la parroquia Nuestra Señora del Cerro que proporcionan alimentos. El proyecto también recibe apoyo y seguimiento desde el Observatorio de DDHH SambaMartine de Familia Dominicana y se sostiene económicamente mediante donaciones mensuales o puntuales. Para sostenernos espiritual y anímicamente también aceptamos oraciones y buenos deseos.
Si te animas a participar comovoluntario y formar parte de la familia escríbenos un correo: proyectobalimaya@gmail.com
Si deseas apoyar económicamente este proyecto puedes realizar una donación: ES27 14910001 2220 1729 7124 Asociación Atochar
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Miriam Simón, MJD.