En este puente de la Inmaculada o de la Constitución, según preferencias, escuchamos en todos lados hablar de las compras de Navidad, parece que inevitables por “todo” lo que “necesitamos” para celebrar las semanas que nos preceden.
Estos últimos días del año son también para mirar atrás y recordar lo más destacado: las noticias más importantes, la persona del año, las canciones y películas que han tenido más éxito, etc, etc. Estaría bien que pudiéramos dedicar tiempo a hacer revisión de nuestro propio año. No solo de lo que nos ha pasado, sino también a mirar con atención nuestra vida y a que hemos dedicado nuestro tiempo y energías.
Es una manera de tomar conciencia de hacia dónde nos dirigimos a nivel vital y cuáles son los verdaderos valores que nos mueven y que impregnan nuestro día a día. Y aún más importante, así podremos añadir lo que de verdad necesitamos a nuestra lista de compras de navidad, por ejemplo: un buen puñado de generosidad, un racimo de paciencia, 1/4 de esfuerzo o un ramillete de perdón.

José Alberto de Blas