El fin de semana del 20 al 22 de octubre acudimos al encuentro propuesto por la Pastoral Juvenil Vocacional, esta vez en el albergue “El Colladito” en el pueblo Collado Mediano, Madrid. Poco a poco iban llegando algunos a la hora acordada, otros (pasando por Miraflores) algo después, pero todos acabamos encontrándonos.
Como actividad que abría este fin de semana de convivencia, el grupo Espiga preparó un juego de escape, en el que debíamos superar distintas pruebas de habilidades y lógica. Finalmente, nos invitaban a estar presentes, a estar pendientes de lo que íbamos a vivir entre esos muros los dos días siguientes.
Así, pasamos a la mañana del sábado. Con la primera oración, desde Kénosis proponíamos recordarnos los unos a los otros las obras de arte que somos, y por qué. La formación inició de la mano del psicólogo Antonio Luis (Nono para los más cercanos) que nos enseñó a descubrirnos desde lo más profundo, nosotros mismos. El taller comenzó con una pregunta que pocos supimos responder: ¿quién soy? En cuestión de dos horas ya habíamos descubierto muchas de nuestras fortalezas y debilidades, inventado el final del libro de nuestra biografía y escrito párrafos completos dando detalladas descripciones sobre nosotros.

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Esa misma tarde, Laura y Andrés de Esnalar (con la inconfundible colaboración de Olaya) nos enseñaban a descubrirnos en los demás. Mediante el debate sobre qué aportamos y recibimos en los distintos círculos en los que nos desenvolvemos y la gran variedad en la que podemos experimentarlos cada uno también hablaba de cómo somos y, sobre todo, de cómo queremos ser a partir de ahora.
Tras la cena, Endavant quiso hacernos reflexionar y conectar con nuestros pilares más fundamentales: el estudio, la comunidad, el amor y la familia. Una vigilia repleta de citas, gestos e introspección que hizo plantearnos, siguiendo con la línea que llevábamos, qué significaban para nosotros cada una de estas bases y cómo elegimos vivirlas en adelante en compañía de Dios.

Acudimos a los encuentros para formarnos, pero eso no quita que en el camino nos encontremos con personas maravillosas a las que echamos de menos el resto del añ

Con el domingo llegaban muchas cosas, entre ellas, el último taller de formación. Nuestro asistente religioso, Ángel Fariña, quiso trasmitirnos la importancia de descubrirnos y reconocernos no sólo desde los planos intra e inter-personal, sino como dominicos. La predicación y el estudio deben caracterizarnos y guiarnos en cada gesto de nuestra vida diaria. ¿Cómo puede el perro incendiar el mundo si no camina?

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Pero no fue lo único que trajo este día. El domingo es día de Eucaristía, y día de despedidas cuando hablamos de MJD. Los mismos abrazos que llevábamos regalándonos durante todo el fin de semana se iban alargando, alguno que otro con lágrimas incluidas. Porque sí, acudimos a los encuentros para formarnos, pero eso no quita que en el camino nos encontremos con personas maravillosas a las que echamos de menos el resto del año.
Jóvenes, voy a descubriros algo: Somos luchadores, tenaces, fuertes. Analizamos, promovemos, controlamos y facilitamos. Crecemos y soñamos con distintos tipos de familias. Podemos tener pareja o no tenerla. Trabajar, estudiar, ambas o ninguna. Algunos formamos parte de una comunidad de fe, otros comienzan a mover hilos para crear una nueva. Si somos y hacemos todo esto, no sólo podemos caminar. Vamos a correr, a saltar, a bailar por el camino mientras incendiamos el mundo con nuestra llama.

Ana Ortiz (Kénosis, Sevilla)

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