Existen miles de instrumentos para poder saber cómo será el tiempo mañana, para descubrir las posibilidades que tienes de padecer una enfermedad, para saber las dimensiones las distancias que hay a una estrella… pero nos cuesta descubrir mirando a las otras personas, qué sienten, qué les molesta, que les hace felices, porque nos quedamos en lo material y en lo físico y como dice El Principito “no se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”.
Ojalá tuviéramos la capacidad de saber cómo ir por la carretera y coger el desvío correcto, no me refiero a ir conduciendo y no perdernos, para eso ya hay instrumentos, sino, a la carretera de la vida y que nuestro GPS (Gracia, Prudencia y Sabiduría) nos llevara por los caminos correctos… pensándolo bien, a lo mejor lo que no funciona bien es nuestra percepción de la realidad y cuando creemos haber errado, la verdad es que estamos yendo por el camino que nos enseña algo nuevo, sólo tenemos que ser capaces de cambiar el código para asimilar la enseñanza recibida y aplicarla a nuestra vida, seguro que eso nos ayudará en nuestro GPS para continuar por el “buen camino”, no el de lo llano, sin problemas, sin sufrimiento, sin baches… sino el de la experiencia, la mirada positiva, el aprendizaje y la coherencia.
Hace muchos años me enseñaron que hay que saber a lo que se renuncia para no estar cayendo en el mismo agujero continuamente, eso no quiere decir que hay que experimentar todo antes de saber qué se debe dejar, sino que hay que tener claro que aunque eso exista tienes que saber que has renunciado libremente a ello y que de esa manera eres más consciente de saber a lo que te has agarrado. Muchos años después, siguen estando esas cosas o situaciones ahí, siguen yendo en el camino de la vida, a veces en el paralelo, a veces se cruzan, pero lo bueno es saber discernir lo que es conveniente y lo que da libertad, así es una decisión  limpia.
Usemos el GPS (Gracia, Prudencia y Sabiduría) para guiar nuestra vida por el camino correcto, que no es el fácil, sino el mejor para cada uno.
Macu Becerra