“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas…
PUEDEN CAMBIAR EL MUNDO.”
(Eduardo Galeano)
Soy una persona “pequeña”, joven, estudiante, y dominica.
El ser dominica puede decirse que “lo llevo en el ADN”. Mis padres estudiaron en colegios de la orden y tanto mi hermana como yo hemos cursado nuestros estudios en el Colegio Santo Domingo de Guzmán de Oviedo, desde la etapa de Infantil hasta el Bachillerato. Sin embargo, fue al comenzar la catequesis de confirmación cuando realmente empecé a sentir y vivir el espíritu dominicano.
Durante el tiempo que duró la preparación para la confirmación creamos un grupo que más tarde pasó a formar parte de una pequeña comunidad de jóvenes a la que cada año se van uniendo más grupos.
Desde estos grupos trabajamos cuatro de los pilares del carisma dominicano (Estudio, Oración, Compasión y Comunidad), para poder luego predicarlos fuera. A fin de cuentas ese es nuestro objetivo; formar la comunidad en los valores de la orden para salir a ayudar, a escuchar, a amar… Todo ello para intentar llegar a la gente desde otras perspectivas.
También busco llevar esto a la práctica en mi día a día, con todos los que me rodean y necesitan de mí. Soy una chica que prefiere pasarse un fin de semana en un encuentro o una convivencia de jóvenes a salir de fiesta. Sin duda lo primero me aporta mucho más que lo segundo, son personas con las que no solo comparto creencias, también valores. Y soy consciente de que me miran diferente por hacer cosas que no entran dentro de lo usual en gente de mi edad.
Así es como llevo yo a mi vida el pertenecer a la orden. No podría imaginarme sin el grupo de la parroquia, que aunque igual no podamos estar todos siempre, sabemos que siempre nos tenemos los unos a los otros. No me importa decir que creo en Dios, que soy joven, cristiana y dominica, aunque por ello decidan mirarme “raro”. Porque si ser raro significa preocuparse por lo que pasa a tu alrededor, estar a disposición de los demás, dar tu mano a quien la necesite,… entonces soy rara, y estoy orgullosa de serlo.
JÓVENES DOMINICOS
DE OVIEDO