Hay gobierno y el mundo no se ha terminado. Personalmente, mi vida solo ha cambiado de un día para otro en una cosa: ayer era domingo y hoy es lunes, con el madrugón que ha supuesto. Pero algo hay que reconocer: sí que a nivel social tenemos un cambio importante, porque ayer se anunciaron los ministros del nuevo gobierno, saliendo de una etapa de ocho meses de interinidad. 

En principio, y será que me hago viejo, la estabilidad es mejor que la inestabilidad. Para el día a día es mejor contar con que las cosas van a seguir funcionando razonablemente bien a tener incertidumbres. También, es mejor saber quién tiene el poder y actuar en consecuencia.

Creo, además, que hay algo positivo en que por primera vez haya habido un gobierno de coalición en este país. Será por los motivos que sean, pero al fin dos grandes partidos de ámbito nacional se han puesto de acuerdo para formar gobierno, lo que ha sucedido por primera vez desde que llegó este periodo democrático, tan largo que muchísimos no habíamos nacido cuando empezó. Tan largo que aquellos más jóvenes que votaron la Constitución están a puntito de jubilarse.

Junto a este aspecto positivo, otros negativos. El principal, la polarización casi criminal a la que nos quieren someter. Arengan a sus seguidores a odiarse cuando, en privado, hablan entre ellos como si fueran amigos de toda la vida. 

Así que una sugerencia: no te creas que tienes que atrincherarte en frente a quien piensa diferente por mucho que te lo digan los políticos. Porque, como es habitual, no se lo creen y solo quieren tu voto y tu borreguismo.

Asier S.B.