Hoy, un día en el que las calles se ven adornadas y el ambiente se respira de Navidad, pero que tiene miradas puestas y fijas en lugares concretos, y no es precisamente en el Portal de Belén. Hoy que la esperanza y la espera del Adviento va llegando a su meta, la Navidad, pero que para muchos está puesta en una esperanza de vivir tranquilos y una espera de resultados. Hoy que nos fijamos en los que quieren ser independientes o en los que quieren pertenecer, porque hoy los antónimos no son independiente-dependiente, sino independientes-pertenecientes, ser un nosotros que esté promovido por unos pocos, que quieren seguir siendo pocos, o estar unidos a un grupo mayor que sigue queriendo respetar las singularidades y particularidades de esos pequeños grupos.
Hoy hay un llamamiento a manifestar lo que se quiere y lo que se cree, a ser democráticos y a ejercer los derechos personales, pero también a saber levantar la voz, aunque sea desde el silencio, para que nadie decida por uno, para que nadie sea voz de otros, sino que se escuche a quien quiere manifestar lo que desea.  Hoy otro número para recordar en el futuro 2112, a lo mejor es el que trae más suerte que el que saldrá mañana en el Gordo de Navidad.
Ojalá que pudiéramos ver cumplidos los deseos que se escriben en la carta de Reyes, no los materiales esos son más fáciles de conseguir, sino aquellos deseos que están dentro de nuestro corazón y que no se encuentran en tiendas, que no tienen unas campañas publicitarias de una época concreta, esos deseos que van más allá de un regalo empaquetado y que llegan más adentro de cualquier realidad física que encontremos.
Hay una costumbre preciosa donde vivo, durante unos días previos a la nochebuena, diferentes grupos van cantando de madrugada villancicos, su paga es descubrir que les escuchan y algunos reciben algo calentito para sobrellevar el frío de la noche invernal, pero quienes escuchamos en el silencio de la noche esas bellas melodías tan maravillosamente interpretadas descubrimos que la vida no es una rutina que se repite constantemente en periodos diferentes, sino que es una consecución de maravillosas experiencias que nos hacen descubrir que cada cosa tiene el valor que le queramos dar en el momento que llega a nuestra existencia y que no podemos dejar pasar ni un instante por que en él puede que fuera la FELICIDAD.

Macu Becerra