He de reconocer que este día en mi etapa de colegio lo recuerdo con agrado. Era un día festivo, lleno de actividades pero con un toque de seriedad. En él repasábamos el manifiesto de los Derechos Humanos, preparábamos dibujos, frases con un mensaje claro: “TODOS SOMOS IGUALES EN DERECHOS Y DIGNIDAD”. Siempre me he considerado muy afortunada y aunque estas actividades me hacían tomar conciencia, reflexionar y aprender, parecían que “no me tocaban”. 

Pasado el colegio y la universidad, tuve la oportunidad (como si Dios me lo pusiera en el camino) poder ir con Selvas Amazónicas de misión fuera de España. Yo ya hacia voluntariado, en mi propia ciudad, donde he aprendido muchísimo, pero para ese entonces eran tardes de actividades y de un rato agradable con niños.

Las salidas a lugares considerados “de misión”, se fueron convirtiendo en un aprendizaje tan positivo en lo humano y espiritual para mí, que mi mirada hacia el mundo y los demás cambió. Pero ese positivismo llegó tras mucha oración, observación, acompañamiento, personas, milagros…porque en los primeros días me sentí tan engañada e ignorante (de como yo consideraba que era la realidad). Todos esos derechos que un día leía en el colegio, ¡no se cumplían en numerosos lugares! ¡E influían en tantas personas! Y realmente, ¿nadie sabía que esto pasaba?

Pero tras esos momentos de frustración e indignación, miraba a mi lado y veía a unas mujeres con vocación religiosa y misionera que sentían suya esa injusticia. No se quedaban quietas, dedicaban su vida, no solo a ser “Las Hermanas” sino a través de la escucha, la Palabra, el acompañamiento, luchaban activamente porque se cumplieran cada uno de los Derechos Humanos.

Ese acercamiento con personas diferentes, con situaciones distintas, con realidades tan nuevas y desconocidas, me hacían ver que la lucha por los derechos humanos no es algo que se cumplió (desgraciadamente) sino que es un trabajo de todos. Y que a veces no se cumplen ni en nuestro propio país.

No deberíamos leer este manifiesto solo un día como algo que se escribió en el pasado, ni vivirlo como una utopía imposible de alcanzar, sino sentirlo como un estilo de vida, donde  si cada uno de los habitantes del mundo los cumpliera no tendríamos que recordar mas este día, porque la utopía se habría hecho realidad.

 
Artículo 1
Derecho a la igualdad

Artículo 2
Prohibición de la discriminación

Artículo 3
Derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad personal

Artículo 4
Prohibición de la esclavitud

Artículo 5
Prohibición de la tortura y del trato degradante

Artículo 6
Derecho al reconocimiento como persona ante la ley

Artículo 7
Derecho a la Seguridad Social

Artículo 8
Derecho al recurso ante un tribunal competente

Artículo 9
Derecho al descanso y al ocio

Artículo 10
Derecho a una audiencia pública y justa

Artículo 11
Derecho a ser considerado inocente antes de que se demuestre lo contrario

Artículo 12
Prohibición de intromisión en la privacidad, en la familia, en el hogar y en la correspondencia

Artículo 13
Derecho a la libertad de movimiento dentro y fuera del país

Artículo 14
Derecho al asilo en otros países

Artículo 15
Derecho a la nacionalidad y a su cambio


 
Artículo 16
Derecho al matrimonio y a la familia

Artículo 17
Derecho a la propiedad privada

Artículo 18
Libertad de culto y religión

Artículo 19
Libertad de opinión e información

Artículo 20
Derecho de reunión pacifica y de asociación

Artículo 21
Derecho a participar en el gobierno y en elecciones libres

Artículo 22
Derecho a la igualdad ante la ley

Artículo 23
Derecho al trabajo y a la afiliación sindical

Artículo 24
Prohibición del arresto arbitrario y del exilio

Artículo 25
Derecho a un nivel de vida adecuado

Artículo 26
Derecho a la educación

Artículo 27
Derecho a participar en la vida cultural de la comunidad

Artículo 28
Derecho al orden social que regula este documento

Artículo 29
La Comunidad ofrece lo esencial para el libre y pleno desarrollo

Artículo 30
Prohibición de intromisión estatal o personal en los mencionados derechos

Belén Rodríguez Román