Hace poco nos llegaba la nostalgia a un grupo de amigos cuando recordábamos las series que nos ponían en la tele cuando éramos niños (Ej: Los payasos, Pipi Calzaslargas, Oliver y Benji, La banda del patio, los Rugrats…). Miles de aventuras que vivíamos gracias a la alegría que nos transmitían las series a los ya “viejóvenes”.
Hoy la televisión parece no transmitirnos esa positividad. En cuanto pones las noticias…¡parece que no pasa nada bueno en el mundo! A demás, nos hemos habituado y parece que ni nos afecta, ni nos hacemos responsables. No sé si ese malestar que produce, será la explicación de que la televisión convencional esté siendo sustituida por otras plataformas, con ¡miles de alternativas!
En casa hemos dado con la alternativa perfecta a esa negatividad y es descubrir “El lado Bueno de las Cosas”.
“El lado Bueno de las Cosas” es un programa de entrevistas realizado por Pedro del Castillo, periodista de COPE y Trece Televisión. La idea le surgió a él, donde el fin es entrevistar a personas con historias de superación, que nos inspiren y donde el foco está en lo bueno.
Nada más verlo a él con su actitud alegre, relajado y con una maravillosa disposición de escucha, ya merece la pena. Sus entrevistados son de lo más variado, como personas en el mundo. Fácilmente te puedes sentir cercano a sus historias y en otras que puedes acabar descubriendo a verdaderos “ángeles”.
La gran mayoría de relatos desde fuera no parecen nada fáciles de llevar sin embargo, en la manera de contarlos hay una sonrisa especial. Hay algo común en todas ellas y ese algo es… tener a Dios como centro. Es curioso porque hasta en la misma entrevista lo notas. Donde al comienzo de la entrevista había tristeza, tú acabas con una alegría… que te hace terminar el programa con las pilas cargadas y con la energía necesaria para llevar tu propia vida.
Tener a Dios como el centro y transmitir su mensaje de Amor es lo que el mundo necesita. Así que, seamos los encargados de dar mensajes de esperanza y transformemos el mundo con una vida alegre.
Belén Rodríguez Román