Con tanto ruido mediático y político a causa de las elecciones ha sido algo más difícil concentrarse en la Semana Santa y ya estamos en la segunda semana de Pascua sin apenas enterarnos. Las elecciones han pasado, las primeras de esta primavera, aunque con todo el lío que van a traer: conversaciones, negociaciones, discusiones, dimes y diretes…
Mañana es San José Obrero, la fiesta que la iglesia creó para “bendecir” el Primero de Mayo, el Día Internacional de los trabajadores, y las trabajadoras, claro.
Es un buen momento para recordar a quienes tienen que realizar trabajos inhumanos, en situaciones de semiesclavitud; a quienes sufren situaciones de injusticia, de vulneración de sus derechos en el trabajo o de desempleo; a quienes mueren cada día a causa de este o, más bien, de las malas condiciones en las que lo realizan, por falta de seguridad o por la temporalidad, entre otras razones.
Para eso, para tener presente, para recordar, para ser conscientes, también de lo que hemos vivido estos días, estas ultimas semanas de ruido y nueces tendremos que callar un poco, hacer algo de silencio e intentar procesarlo.
Acabo de encontrarme con un libro de nuestro hermano Felicísimo Martínez Díez, op en Twitter (https://twitter.com/FernanDiazAbajo/status/1122566897495678978?s=19)
Se llama: “Palabra y silencio. De Dios y sobre Dios”. Tanto el autor como el recomendador me resultan de fiar así que, es posible, que me anime a leerlo. Y a buscar el silencio sin descuidar la acción.
Olivia Pérez Reyes