Para quienes hemos crecido en un ámbito dominicano, volver a leer estas palabras refiriéndose a la lucha de un pueblo ‒el mismo en el que se dijeron por primera vez‒, acompañado por un fraile dominico es, a medias una alegría y una gran tristeza.
Después de 500 años, un fraile, Miguel Ángel Gullón, en nombre de la familia dominicana de El Seibo, República Dominicana, debe volver a repetir las palabras de aquella comunidad, en la voz de Antón Montesinos ‒”¿Acaso no son hombres?” ‒ para defender la libertad y el acceso a la tierra, el trabajo y el techo de los habitantes de hoy en La Española. Las cosas no han mejorado mucho y eso es muy, muy triste.
Pero es motivo de una gran alegría abrir un periódico de tirada nacional en España y ver la foto de alguien a quien consideras hermano, aunque nunca te hayas cruzado con él. Y aunque la prensa en este país no suele dedicar demasiado espacio a lo religioso, por esta vez publican una página entera con una foto del fraile dominico en la que explica que no van a callar ‒”aquí ya nadie se calla más ante los poderosos, está en juego nuestra supervivencia”‒; que no van a quedarse al margen y que sí, que claro que teme por su vida pero aun así, sigue acompañando a esos empobrecidos donde haga falta para defender sus derechos.
Porque él sí que tiene claro que son hombres y mujeres con derechos y lo va a seguir diciendo en El Seibo, en la radio, ante las Administraciones públicas, en la ONU, o donde haga falta. Y eso, eso produce una inmensa alegría.
Olivia Pérez
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