Ya está aquí el verano en este hemisferio, el meteorológico y el del calendario, casi al mismo tiempo. Para los y las escolares y el profesorado, tiempo de vacaciones —si el otoño, el invierno y la primavera han sido provechosos, claro—. Para quienes trabajamos en otros ámbitos y tenemos empleos más o menos decentes, también se acerca el tan ansiado y merecido descanso. Aunque no podemos dejar de pensar en todas esas personas que por no tener trabajo o tener uno poco digno, tampoco van a disfrutar de vacaciones.
El cambio de estación me hace pensar en el cambio de vida. Hemos dado una vuelta entera al sol; nuestras células se han ido regenerando; algunas personas, muchos millones ya en el mundo, tenemos la suerte de haber accedido a la famosa vacuna contra la COVID-19; e incluso, volvemos a vernos las caras en los espacios abiertos, una vez que se han relajado las medidas del uso de la mascarilla.
En estos meses he pensado mucho en una frase muy certera que escuché al periodista Iñaki Gabilondo: “Dentro de una vida caben muchas vidas”. No sabemos qué nos depara el futuro pero lo que vamos experimentando a medida que vamos cumpliendo años es que “cambia, todo cambia”, como dice el canto. La llegada de esta nueva estación nos posibilita un tiempo de cambio, al menos de rutinas y actividades y eso, lo que hacemos, nos cambia también por dentro. Quizás, además, en los últimos meses nos hemos tenido que enfrentar a modificaciones más drásticas e, incluso, más duras. Pero los cambios, si son de los buenos, deben servir para estar menos pendientes de nosotros mismos y nuestros ombligos. También en verano.
El evangelio nos anima a esa transformación, al cambio o, como decimos en los ámbitos creyentes, a la conversión. La decisión del cambio real, la que transforma nuestras vidas por dentro y no solo por fuera, es nuestra, de cada una y cada uno de nosotros. Y la pregunta clave, posiblemente sea: ¿estoy dispuesta a que mi vida se siga transformando y se vaya pareciendo cada vez más a la que me propone Jesús, que sin duda pasa por estar y ser más para las otras personas?
¡Feliz verano! ¡Feliz cambio!
Olivia Pérez