La cifra global de contagios en España se eleva ya a 1.582.616 desde el inicio de la pandemia// Ya son 6000 inmigrantes alojados en hoteles de Canarias// El 57,3 % de las mujeres que viven en España ha sufrido algún tipo de violencia machista a lo largo de su vida, 11,3 millones.//Hacienda recorta la paga extra a 75000 pensionistas//Miles de coches contra La Ley Celá// Las bajas de los sanitarios se duplica// Las colas del hambre siguen creciendo// Unas 40000personas viven sin hogar en España y siguen en aumento.

Y después de todas estas noticias del día, de datos, números y “entes colectivas” la conclusión que puedo sacar es aquello que decía el Papa Francisco: “padecemos síntomas de deshumanización”. Y yo añadiría: “Síntomas Graves”.

A veces creo que se nos olvida que detrás de todas esas cifras hay personas. Personas con sus historias, sus realidades e intentando hacer frente a su vida. En ocasiones, se tratan estos temas con demasiada ligereza y no se cae en la cuenta que hay una persona detrás que sufre y tal vez necesita ayuda.

¿Cuánto tiempo, recursos o espacios se están dedicando a conocer las realidades que hoy se viven? A conocer a pie de calle lo que la gente está viviendo, sintiendo, sufriendo, aprendiendo de todo esto.

Pienso que tenemos que dedicar más tiempo a escuchar, a empatizar, a desarrollar nuestras habilidades sociales y a sacar nuestra parte más humana. Tenemos el ejemplo que Jesús nos dejó. Él paseaba, conocía a la gente y las realidades que en su época se vivían. Gracias a ese acercamiento, y esa preocupación por el otro, era capaz de buscar soluciones y podía realizar pequeños-grandes milagros que beneficiaban a cada una de esas personas. Y no se callaba, luchaba contra de las injusticias a pesar de que a veces pudiera ir en contra de lo establecido. Preocuparnos más por lo que sienten y les ocurre a las personas que están a nuestro alrededor, y aportar hasta donde cada uno pueda ,hará que juntos podamos hacer un mundo más humano.

Doy gracias por cada una de la personas que están dedicando su vida a los demás, porque en estas situaciones tan complicadas, no solo están cubriendo las necesidades físicas de muchas personas, sino seguramente la necesidad de escucha, comprensión, compañía, apoyo, amor.

“Recuerda: cada persona que ves, está luchando su propia batalla, de la que tu no sabes nada. Sé amable siempre”.


Belén Rodríguez Román