Es difícil escribir sobre algo que no sea el Covid-19 en esta situación de pandemia planetaria, así que voy a ello para que, quienes colaboran con Selvas Amazónicas, se alegren de hacerlo, y para los que aún no lo hacen, se animen a ello.
Una de las cosas más bonitas de salir de misión, es que te traes muchas experiencias, si, pero sobretodo, traes personas. Hoy me gustaría hablar de Raysa Noemí y su hermana Noelia, que son las personas que junto con Miguel Ángel Gullón, se encargan de la gestión del proyecto de Selvas Amazónicas en El Seibo (República Dominicana).
Cada vez que llega un voluntario en misión de Selvas a El Seibo, son ellas quienes se encargan de que no nos falte de nada, y quienes a lomos de sus motoconchos (o del de su papá Roque) son capaces de llevarnos al fin del mundo para conocer a los alumnos y alumnas becadas por ustedes, colaboradores de Selvas, o futuros colaboradores. La finalidad no es hacernos pasarlo como en una feria de atracciones, no, que también; la finalidad es que conozcamos de primera mano a todos los niños y niñas del proyecto que financia Selvas Amazónicas y a sus familias.
¿Y el sentido de esto? Pues que ellos, los alumnos, vean que detrás de cada beca hay gente se preocupa por sus estudios, aunque estén al otro lado del océano, y que quiere motivarles para que no abandonen y puedan llegar a conseguir sus sueños.
Raysa y Noemí hacen un seguimiento constante de todos los alumnos y alumnas (más de ochenta), de sus familias, de sus necesidades, de sus esfuerzos, de sus desvelos y de sus alegrías. Ellas son quienes les preparan talleres educacionales extras que refuerzan la educación que no pueden pagar, quienes controlan que cada euro se destine a las necesidades reales de las familias, y también son ellas quienes nos mandan constantes recuerdos de los alumnos a través del what’s app a los voluntarios en misión que hemos pasado por El Seybo.
Y aquí viene lo del Covid-19 del que todos hablamos. Y es que durante este tiempo de pandemia, han tenido a bien realizar un “video motivacional”, de forma que entre los alumnos se han podido ir animando unos a otros en esta dura situación de confinamiento donde no hay escuela ni formación, donde cada uno debe quedarse en su casa, o casita, o lugar de residencia, donde no pueden verse entre ellos, donde la formación se ha suspendido por no tener acceso a una Wifi gratuita o un computador donde trabajar. Y así, entre todos y todas fuimos enviando pequeños vídeos motivacionales a Raysa y Noemí, que ellas montaron y nos devolvieron en forma de regalo.
Estas pequeñas acciones, que nos mantienen vinculados a la misión a pesar de la distancia, sólo se consiguen en entidades como Selvas Amazónicas y con personas como Miguel Ángel, Raysa Noemí y su hermana Noelia, que nos vinculan con los lugares de misión más allá del espacio y el tiempo, de las catástrofes meteorológicas o de los virus planetarios. Este año no saldremos de misión, pero la misión sigue en nosotros y nosotras. Desde aquí. Con el corazón encogido también por lo de allí.
Maite Moreno
Voluntaria de Selvas Amazónicas-Misioneros Dominico