Anuncian que mañana habrá lluvias abundantes, en las Islas se dice que cuando una isla ve otra con mucha claridad es porque va a llover, dichos populares que antes servían y eran certeros, hoy los dichos, la palabra, lo que otros dicen o comentan se está convirtiendo en motivo de duda continua, porque nos está costando mucho confiar en que cuando se dice algo sea de verdad.
Sentada mirando al horizonte veo claramente la Isla de La Gomera y Tenerife, a pesar de ser una hora avanzada de la tarde y de estar el cielo bastante cubierto,un horizonte de mar en calma que da paz ante la posible tormenta y quiero imaginar que eso es lo que se ve en el horizonte de la situación que estamos viviendo en el mundo, una visión mínimamente clara a pesar de las oscuridades que nos rodean, una situación que parece empezar a esclarecer a calmar un océano con marejada que parece no llegar a la paz.
Curiosa visión la de mi horizonte, dando la vuelta a la cabeza descubro unas montañas altas, cubiertas en estos momentos de una espesa bruma que llena los árboles de agua para llenar los montes de diferentes tonalidades de verde, de una esperanza llena de vida, de un espacio por el que caminar en medio de la tranquilidad, para encontrarse con uno mismo y con el Otro. Una mezcla de la bravura del mar y de la paz de la montaña, de tener los pies en el suelo y la esperanza puesta en el cielo, de respirar el aroma de la brisa salada del mar y la frescura y el aroma de la tierra mojada.
¿Qué se ve en el horizonte? Se ve todo aquello que tú quieras ver y quieras descubrir, puede que en realidad esté dentro de una habitación con una pared como única visión, pero por qué no pensar que lo que puedo llegar en mi horizonte me lleve a esa tranquilidad que queremos alcanzar, que queremos disfrutar, con las personas con las que queremos estar a pesar de la soledad impuesta en la que hemos estado viviendo, en la que algunos se han tenido que marchar, aunque en el fondo solo está quien solo quiere estar.
Macu Becerra