Hemos pasado la Cuaresma, la Semana Santa y de repente …mitad de mayo, ¡mes dedicado a María! Siempre me ha parecido un mes muy apropiado, donde la belleza de la naturaleza brilla con sus diferentes colores y, da vida.
Así me imagino a María, como la sencillez de un pequeño capullo de rosa que confía en que llegará la primavera, para ser la más hermosa del jardín.
Las palabras de María son claras “ hágase en mi según tu Palabra”. En la Palabra, siempre encontramos a María viviendo el presente, aprovechando el tiempo con su hijo y siempre acompañando.
¿No tendría preocupaciones? Un embarazo divino, un hijo perseguido desde su nacimiento, cuando lo pierden en el templo, la muerte joven de Jesús, la propia persecución.Pero en ningún momento destaca ese malestar, sino que aprovecha cada momento, da las soluciones que están en su mano como en las Bodas de Caná.
Estos días que ya podíamos salir, observaba la naturaleza. Ver pasar de repente del árbol seco de febrero al árbol frondoso, de colores y diferentes olores en el camino, me hacían recordar el sí confiado de María . ¿Por qué a veces nos cuesta tanto confiar? Tenemos ejemplos de Esperanza y vemos a la naturaleza florecer tras el invierno.
Pidamos a María, que en este tiempo con situaciones tan difíciles, sepamos estar, acompañar y Confiar. Floreceremos.
Belén Rodríguez Román