Después de un año preparándose, el 2 de junio se celebrará la misa de envío a misiones de Selvas Amazónicas. Algunos de los jóvenes que se irán este verano han querido compartir unas líneas contando cuáles son sus expectativas y sensaciones a poco tiempo de marcharse.
Olaya
La llamada a salir a la misión la sentí hace ya bastantes años, aunque lo que no tenía nada claro era el momento.
Sabía que quería terminar primero la carrera de magisterio, es mi vocación y, como cualquier formación, se convertiría también en herramienta para llevar conmigo una vez saliese.
Dos años después de dar por terminados esos estudios, lo vi claro. Tomé la decisión, me puse en contacto con la Asociación Selvas Amazónicas y en octubre ya estaba empezando el curso de formación misionera.
Ahora, a un mes de irme a un campamento con niños en Cuba, siento una mezcla de nervios y muchas ganas por conocer y rodearme de la gente de allí y aún más de los niños. Emoción por verme envuelta en una cultura algo diferente a la mía. Y bueno, por qué no decirlo, algo de inquietud respecto al laaargo vuelo de ida…
Si hablamos de expectativas… creo que cualquier expectativa que me imagine ahora quedará reducida a poco una vez esté por allí. Es algo que me ha quedado claro tras escuchar diversos testimonios de misioneras y misioneros que han sido presencia y ayuda en muchos lugares del mundo.
Sé que son bastantes las diferencias entre culturas que, más allá de distanciarnos, servirán para enriquecernos. Y también sé que nuestro nexo más fuerte es la fe que compartimos.
De momento yo sólo espero estar a la altura de la luz de sus miradas.
Mercedes
¿Por qué me voy de Misión?
La mayoría de la gente se pregunta esto constantemente y cuando les cuento que me voy y que ya es una realidad (¡por fin tengo billete!) Se extrañan un montón y me preguntan… ¿por qué? ¿con quién? ¿has pensado bien lo que haces?
No se si lo he pensado bien, creo que nunca se está del todo seguro de una decisión, lo que sí se es que lo he pensado y sentido lo suficiente como para querer hacerlo, y este sentimiento es algo que me acompaña desde que celebrabamos el día de Manos Unidas en el colegio. Siento una llamada, un impulso, que me lleva a querer conocer esa realidad de la que tanto oímos hablar, ese “tercer mundo” del que sabemos todo, o más bien nada. Conocer esa realidad en primera persona para poder, primero, cambiarme a mi misma y después intentar, muy humildemente, llevar esa realidad a mi vida y las personas que la forman aquí en España.
Ahora mismo estoy cargada de emociones y sentimientos que no sabría definir literalmente con palabras; quizá miedo, ilusión, alegría por lo que voy a vivir, tristeza por lo que dejo y cómo estará cuando vuelva… Pero lo importante y con lo que me quedo cuando me asaltan las dudas y tormentas internas es que estoy preparada para ello y que tengo a gente maravillosa que me acompañará allí y desde aquí para juntos descubrir este largo camino.
Camerún, ¡allá voy!
Verónica
Quería hacer un voluntariado que fuera distinto a lo que llevo haciendo estos años. Se me planteó la idea y pensé, este es mi momento. Así que con muchísimas ganas estuve haciendo el curso este tiempo, me ha encantado. Tengo muchísimas ganas y estoy muy contenta de poder vivir esta experiencia. Quiero dejarme llevar y llenarme de vida con todas las personas que conozca en el camino. Estoy segura de que será una experiencia inolvidable.