Fue hace ya unas semanas que algunos amigos acudimos a una ponencia sobre meditación y el sentido de esta en nuestra oración y vida cristiana. No solo el tema en sí nos pareció interesante y útil, también hubo una frase que nos dio que pensar: “el mejor regalo que puedes hacer al prójimo es tu atención”.
Esta curiosa afirmación nos hizo pensar en todo el significado y verdad que puede contener. Siempre hemos hablado que el amor es el mayor de los regalos que se nos han concedido y que debemos de dar, pero es cierto que ese amor al final puede estar traducido en nuestra atención hacia los demás.
La atención hacia nuestra familia, nuestros amigos y conocidos cuando nos preocupamos y estamos pendientes en que se encuentren bien y que sean felices. Pero también hacía los desconocidos, en la calle cuando somos conscientes de quienes nos rodean y con esa atención podemos dar nuestra ayuda en cualquier situación inesperada.
Y por supuesto la atención que Dios pone en cada uno de nosotros que nos hace presente su amor, y la atención que nosotros le damos a Él en la oración, al meditar o al reunirnos en su nombre.