Somos Familia Dominicana

Jóvenes Dominicos

¿Para qué sirve un paraguas? Algunos dirán que para protegerse de la lluvia. Pero no es del todo cierto. ¡Tampoco sirve para dejarlo olvidado! Sirve para compartirlo. ¿Quién no ha ofrecido su paraguas en un día de lluvia a otra persona mientras se movía por la calle? Y ese paraguas acabó convirtiéndose en una ocasión de comunicación, encuentro, diálogo, camino compartido…

Somos el Equipo de Pastoral Juvenil y Vocacional de la Familia Dominicana de España. Y sí: queremos ser un paraguas compartido, ¡pero bien grande!, donde quepan los jóvenes y grupos que se nutren del espíritu de Santo Domingo en toda España. Siendo diferentes compartimos lo esencial. Tenemos la misión de ser instrumento de unión y de comunicación entre las diversas realidades que conforman nuestra misión con los jóvenes.

El Equipo está formado por frailes, hermanas, laicos, y miembros del Movimiento Juvenil Dominicano. Juntos seguimos intentando dar cuerpo a aquel sueño que un día movió a Santo Domingo de Guzmán a lanzarse a los caminos predicando el Evangelio. Lo hacemos desde los jóvenes, con los jóvenes y para los jóvenes.

Ojalá te sientas aquí como en tu casa y encuentres lo que venías buscando. Quizás, al conocernos mejor a dominicos y dominicas, tú también quieras compartir nuestro sueño. ¡Y nuestro paraguas!

Los frailes

Los frailes predicadores nacimos en los caminos del Sur de Francia hace 800 años. Domingo de Guzmán, en un contexto de grandes dificultades, entendió que era necesario volver a la Palabra de Dios para revitalizar la misión de la Iglesia y ayudar a la sociedad y a las personas. Cuando la predicación de la Buena Noticia sólo estaba reservada a los obispos, él soñó con comunidades de hermanos que, imitando la vida de los apóstoles tras la Resurrección de Jesús, viviesen el Evangelio, lo rezasen y estudiasen, lo compartiesen en comunidad y lo transmitiesen así a los demás, desde la compasión y la libertad.

Los frailes dominicos, sintiendo la llamada de Dios a buscarle y seguirle en este modo de vida, nos entregamos a Él en pobreza, obediencia y castidad. Vivimos en comunidades extendidas a lo largo de toda la geografía española. Realizamos nuestra misión en parroquias y santuarios, en colegios y universidades, con los jóvenes y los más necesitados, en la investigación teológica o el arte.

Siempre vivimos nuestra misión desde la misericordia, el espíritu democrático, la predicación positiva, el diálogo y la escucha. Contando con las habilidades de cada hermano. Y al servicio de la Iglesia. Así lo aprendimos de Santo Domingo y así lo vivimos más de 800 años después.

Los frailes predicadores nacimos en los caminos del Sur de Francia hace 800 años. Domingo de Guzmán, en un contexto de grandes dificultades, entendió que era necesario volver a la Palabra de Dios para revitalizar la misión de la Iglesia y ayudar a la sociedad y a las personas. Cuando la predicación de la Buena Noticia sólo estaba reservada a los obispos, él soñó con comunidades de hermanos que, imitando la vida de los apóstoles tras la Resurrección de Jesús, viviesen el Evangelio, lo rezasen y estudiasen, lo compartiesen en comunidad y lo transmitiesen así a los demás, desde la compasión y la libertad.

Los frailes dominicos, sintiendo la llamada de Dios a buscarle y seguirle en este modo de vida, nos entregamos a Él en pobreza, obediencia y castidad. Vivimos en comunidades extendidas a lo largo de toda la geografía española. Realizamos nuestra misión en parroquias y santuarios, en colegios y universidades, con los jóvenes y los más necesitados, en la investigación teológica o el arte.

Siempre vivimos nuestra misión desde la misericordia, el espíritu democrático, la predicación positiva, el diálogo y la escucha. Contando con las habilidades de cada hermano. Y al servicio de la Iglesia. Así lo aprendimos de Santo Domingo y así lo vivimos más de 800 años después.

Los frailes

Monjas contemplativas

Nacimos hace más de 800 años impulsadas por el Don que Dios regaló al corazón de Domingo de Guzmán.

Vivimos el carisma de la predicación desde el testimonio que se desprende de nuestra vida comunitaria, trabajo, estudio y oración. Nuestros monasterios son lugares de encuentro y de acogida para todos los que como cada una de nosotras buscan el encuentro profundo y veraz con Dios. Nuestras comunidades quieren ser anuncio de esperanza para el mundo, ser posada para aquellos que se acercan a nuestros monasterios.

Somos un grano de arena en el proyecto de nuestro padre Santo Domingo, que queremos que no muera, para seguir iluminando dentro de la Iglesia al mundo, y hacer ver que otro tipo de Iglesia, de sociedad es posible.

Por tanto, nuestra vida contemplativa monástica no limita, ni reduce, «ni encarcela el amor», sino que es la libertad incondicional de amor que rompe cualquier tipo de frontera. No nos escondemos, sino que hacemos presente la gracia de una misteriosa comunión. No nos aparta de las preocupaciones y afanes evangelizadores, sino que los vivimos y nos comprometemos con ellos de una manera diferente, actuando como invisible levadura, capaz de hacer fermentar la masa.

¿Te imaginas que te atrae el estilo de ser cristiano de los dominicos, pero quieres vivir tu fe en la calle, en el trabajo, en la familia…? No te preocupes, no te está pasando nada raro, lleva siglos pasándole a muchos cristianos y cristianas como tú: Catalina de Siena, Rosa de Lima, Pier Giorgio Frassati, Giorgio La Pira… Desde que se fundó la Orden de los Dominicos ha habido cristianos que han vivido su fe en ella, no como frailes ni como monjas, sino como laicos, en medio de los quehaceres de cada día.

Los laicos dominicos son personas que comparten el mismo carisma y misión que Santo Domingo de Guzmán. Lo realizan desde su vida diaria, en el mundo y en los quehaceres de todos los días.

Se incorporan a la Orden mediante la promesa que hacemos al Maestro de la Orden. Forman Fraternidades de hermanos y hermanas abiertas a cuantos se sientan llamados a ser predicación viva de la Palabra.

Los laicos dominicos forman comunidades cristianas llamadas “fraternidades” en las que se comparte la pasión por la oración, por la búsqueda de la Verdad, por la dignidad humana y por la predicación el Evangelio.

Se sienten llamados a ser esa luz del mundo y esa sal de la tierra de la que nos hablaba Jesús realizando su trabajo y su misión como Iglesia e inspirados en el carisma dominicano.

Fraternidades Laicales

Fraternidades Laicales

¿Te imaginas que te atrae el estilo de ser cristiano de los dominicos, pero quieres vivir tu fe en la calle, en el trabajo, en la familia…? No te preocupes, no te está pasando nada raro, lleva siglos pasándole a muchos cristianos y cristianas como tú: Catalina de Siena, Rosa de Lima, Pier Giorgio Frassati, Giorgio La Pira… Desde que se fundó la Orden de los Dominicos ha habido cristianos que han vivido su fe en ella, no como frailes ni como monjas, sino como laicos, en medio de los quehaceres de cada día.

Los laicos dominicos son personas que comparten el mismo carisma y misión que Santo Domingo de Guzmán. Lo realizan desde su vida diaria, en el mundo y en los quehaceres de todos los días.

Se incorporan a la Orden mediante la promesa que hacemos al Maestro de la Orden. Forman Fraternidades de hermanos y hermanas abiertas a cuantos se sientan llamados a ser predicación viva de la Palabra.

Los laicos dominicos forman comunidades cristianas llamadas “fraternidades” en las que se comparte la pasión por la oración, por la búsqueda de la Verdad, por la dignidad humana y por la predicación el Evangelio.

Se sienten llamados a ser esa luz del mundo y esa sal de la tierra de la que nos hablaba Jesús realizando su trabajo y su misión como Iglesia e inspirados en el carisma dominicano.

Hermanas

Las Hermanas de la distintas Congregaciones Dominicanas, tan numerosas en nuestra Familia, participan de la misión y del carisma de la Orden a través de la riqueza de sus carismas congregacionales, aunque no tengan vínculo jurídico directo con el Maestro de la Orden. Son Congregaciones agregadas a la Orden por el Maestro de la Orden, conservan su total autonomía y pueden proponer al capítulo general de los frailes sus deseos y sugerencias referentes a la Familia Dominicana.

Movimiento Juvenil Dominicano

El Movimiento Juvenil Dominicano forma una parte importante de los Jóvenes Dominicos de toda España. Diversos en su modo de pertenencia, pero unidos en una común valoración de la vida dominicana, quieren vivir a Jesucristo como centro de nuestras vidas.

La oración, el estudio, la comunidad, la compasión y la predicación definen los pilares de sus vidas. Quieren aportar a la Orden una presencia fresca, vital y vigorosa al tiempo que comparten su historia y legado. En muchas naciones y en cada continente, el Movimiento Juvenil Dominicano ofrece a jóvenes adultos un camino para encontrar y vivir el evangelio.

En el espíritu de Santo Domingo, miran al futuro llenos de alegría y esperanza mientras intentan discernir a Dios en sus vidas. Respondiendo al deseo de vivir más plenamente el mensaje de Jesús, cada uno de ellos trata de utilizar todos los medios y oportunidades para predicar la Palabra.

La búsqueda, la alegría y la fraternidad definen a estos grupos. Su existencia y valores comunes definen su predicación. El servicio a los otros, desde la abundancia del corazón, les lleva a predicar a todos los segmentos de la sociedad.

El Movimiento Juvenil Dominicano forma una parte importante de los Jóvenes Dominicos de toda España. Diversos en su modo de pertenencia, pero unidos en una común valoración de la vida dominicana, quieren vivir a Jesucristo como centro de nuestras vidas.

La oración, el estudio, la comunidad, la compasión y la predicación definen los pilares de sus vidas. Quieren aportar a la Orden una presencia fresca, vital y vigorosa al tiempo que comparten su historia y legado. En muchas naciones y en cada continente, el Movimiento Juvenil Dominicano ofrece a jóvenes adultos un camino para encontrar y vivir el evangelio.

En el espíritu de Santo Domingo, miran al futuro llenos de alegría y esperanza mientras intentan discernir a Dios en sus vidas. Respondiendo al deseo de vivir más plenamente el mensaje de Jesús, cada uno de ellos trata de utilizar todos los medios y oportunidades para predicar la Palabra.

La búsqueda, la alegría y la fraternidad definen a estos grupos. Su existencia y valores comunes definen su predicación. El servicio a los otros, desde la abundancia del corazón, les lleva a predicar a todos los segmentos de la sociedad.

Movimiento Juvenil Dominicano