“Dejad que los niños se acerquen a mí, porque de los que son como estos es el Reino de Dios”. Así les decía Jesús a sus discípulos sobre los niños que a él se acercaban.

Ayer día 20 de noviembre se celebraba el día Universal de la Infancia, donde se recuerda que los niños son un colectivo que hay que proteger porque son los más vulnerables ante los problemas del mundo. Y que todos los niños tienen derecho a salud, educación y protección. Pero, ¿podemos decir que el objetivo está cumplido?

– Derecho a la supervivencia y a la salud.

Aproximadamente 9 millones de niños menores de 5 años mueren cada año, por muertes neonatales debido a partos prematuros; por no acceso a intervenciones simples; por neumonía, por paludismo… y malnutrición!

En muchos casos estas muertes podrían ser evitadas con sistemas de salud sólidos, con prevención e intervenciones adecuadas.

– Derecho a la educación.

En el 2016 según la UNESCO había más de 263 millones los menores de 18 años sin escolarizar en el mundo, debido a que se encuentran en zonas de conflicto, desastres naturales o en un sistema educativo de mala calidad.

– Derecho al juego.

¿Qué es de esos niños que juegan con pistolas reales, siendo adiestrados por adultos con el objetivo de eliminar al diferente? ¿Y los niños que no pueden dedicar su tiempo al juego o al aprendizaje porque tienen que trabajar para llevar dinero a su familia?

– Derecho a la protección.

¿Cómo vivirán los niños que viven en zona de conflicto ante la incertidumbre de si les tocara a ellos o a sus familiares desaparecer? ¿Están protegidos aquellos que tienen que pasar fronteras huyendo de la situación de su país, pasando por mafias y todos aquellos que se aprovechan de la situación? Por no hablar de todos aquellos niños que desaparecieron, que fueron secuestrados y que su vida cambió, ¿se sentirán protegidos?

– Derecho a no ser separados de su familia.

¿Cuántos niños migrando solos separados de sus familias, atravesando mar y distintos países buscando el paraíso que un día le prometieron?

– Derecho a tener un nombre.

¿Cuántos niños que son identificados como mercancía, en una sociedad en el que el tráfico de menores es un problema mundial pero es tema tabú?

– Derecho a opinar y ser escuchados.

Realmente, ¿todos estos niños son escuchados?, ¿conocemos cómo viven, que siente, que opinan ante los problemas en muchos casos creados o no solucionados por adultos?

Tantos niños que merecen ser niños…

Parezcámonos a Jesús y dejémonos tocar por cada uno de los niños que nos encontremos y las realidades que viven. Que nos empapemos de la inocencia, la ilusión y las ganas de aprender cada día. Luchemos juntos porque estos derechos no tengan que ser recordados y que no exista un niño sin educación, sanidad o protección en todo el mundo.

Belén Rodríguez Román.