Tantos años han pasado desde que sucedieron estas palabras y sin embargo la seguimos viviendo. Esta semana Dios se hacía presente en Antonio Cesar Fernández, misionero salesiano  asesinado en Burkina Faso. No he tenido la suerte de conocer a mi paisano de Córdoba pero por sus palabras y hechos se demuestra que estuvo dándose a los jóvenes y las poblaciones más desfavorecidas hasta los últimos momentos de su vida.

A pesar del desagradable final tenemos que estar orgullosos por cada uno de los misioneros, mártires, Santos que en defensa de los Hermanos son capaces de plantarse delante de las desgracias y arriesgando su vida, luchan con Esperanza por un mundo más justo al estilo de Jesús.

La noticia es la muerte del misionero pero si vemos más allá “… tras un ataque yihadista perpetrado a 40 kilómetros de la frontera sur de Burkina Faso”. ¿Cuántas personas, Hermanos, no estarán sufriendo día a día estos ataques? ¿Cuantas más muertes tiene que haber para que seamos sensibles a estas noticias?

El mundo está como está con continuas olas de violencia, guerras en países africanos, árabes, las grandes potencias aprovechándose de las pequeñas…y nosotros, ¿qué hacemos?

En un mundo globalizando como el que vivimos, ¿por qué no actuamos y cambiamos el otro lado del planeta? Plantemos cara como Antonio, luchemos por la justicia y acompañemos a todos esos inocentes que son Los Primeros en el Reino de los cielos.

Belén Rodríguez Román