El otro día hablaba con una amiga sobre cómo iba a preparar el Adviento y la Navidad con su clase de niños de tan solo tres añitos. Estaba muy ilusionada y pensó preparar un calendario que le sirviera de apoyo para contar la historia del nacimiento de Jesús.
 “En realidad, que historia tan dura. Un embarazo con responsabilidad por llevar al hijo de Dios, luego huyendo de su ciudad porque les perseguían, solo se tenían ellos y un burro, llegaban y no encontraban posada. Y acaban en un pesebre, donde vivían los animales”.  Hacía mucho tiempo que no sentía la historia así pero a la vez me resultaba muy actual. La ilusión y a la vez responsabilidad porque nazca bien un niño/a,  familias en el mundo que tal vez huyen de guerras, padres que buscan un futuro mejor para sus niños fuera de su país o que huyen de otras situaciones familiares, sociales… Familias que no cuentan con apoyos externos o que necesitan ayuda, otras que el entorno en el que viven no es el más favorable para el crecimiento de los más pequeños…
Por suerte esto no era una historia de pena y queja sino que en la conversación que teníamos mi amiga y yo, aparecían humildes e importantísimos personajes del nacimiento de Jesús. El Ángel Gabriel enviado por Dios apoyaba a María en su anuncio; como pareja José y María se tenía el uno al otro y confiaban plenamente en Dios; el posadero que abre las puertas de su casa y ofrece lo que tiene, esos animales de la historia desde el burro que los llevaba hasta los que estarían en el establo,  la naturaleza presente dándole calor al Mesías; y  qué decir de las visitas y cuidados, los pastores que dejan su trabajo a un lado y van a adorarlo, los magos de oriente provenientes de lugares lejanos pero dispuestos a estar con Él. Todos ellos tranquilos por estar acompañados de Dios en forma de Luz, ángeles… y con ilusión por encontrar a su Hijo Jesús.
Qué grande es el Señor que siempre está presente en nuestra familia y  que en ocasiones está en forma de Hermano, de amigos, compañeros, profesionales, vecinos, desconocidos, con disposición, dando ayuda y amor. Cuidemos de nuestra familia y seamos también personajes humildes e importantes en otras familias.
(Decir que los niños estaban sorprendidos porque la Navidad no solo eran regalos, pero  encantados con los grandes personajes que están conociendo e ilusionados con la llegada del Niño Jesús).

Belén Rodríguez