Nos gusta quejarnos, compararnos, buscar siempre más, esperar a que algo cambie, escondernos y no afrontar. Y creemos que de esta manera seremos más felices, esperamos que cuando algo pase obtendremos la felicidad, pero solo así seguiremos persiguiendo quimeras.
Vivimos en una sociedad rodeados de valores que nos impulsan a buscar esa felicidad en torno a la aceptación de los demás, el consumismo, el éxito laboral, con modelos proyectados hacía el futuro… y no debe ser al camino correcto cuando nos encontramos jóvenes con depresión, ansiedad o estrés unas veces diagnosticados y otras no.
Y ante esto lo único que podemos hacer es pensar y reorganizar los valores que realmente nos hacen felices. De esta manera debemos aprender a desprendernos de las cosas innecesarias para así poder viajar ligeros. Solo de esta manera nos encontraremos con lo realmente importante: el AMOR, el amor a la vida, al prójimo, al momento presente y a nosotros mismos.

Sara Márquez