Yo calculo. Que todo irá bien, que llegarás a tiempo, que puede con eso y más, que no necesitáis mi ayuda. A veces sumo y a veces resto. Muchos días me da por multiplicar y otros tantos por dividir. De vez en cuando intento buscar la raíz de las cosas, y si me calientan, me pongo irracional.
Yo calculo y tengo la manía de no esperar el resultado, de no parar. No me responsabilizo del final de mi operación. No tengo en cuenta mis cuentas.
Detrás de las cifras siempre hay alguien. Todas han sido descubiertas y manipuladas por los humanos. Prescindir es trascender. Detenerse es que te cuenten y profundizar. ¡Mueran los cálculos, viva la gente!

Álvaro G. Devís